jueves, 21 de mayo de 2020

Mi cuarentena mood

Mostré un despliegue inusual de ánimos repentinos un sábado por la mañana, con éstas rutinas apenas reparé en que era sábado porque todos los días ya parecen sábado. No amanecí alcoholizada ni cruda como cualquier sábado por extraño que parezca, sino adolorida. Saqué a pasear a Morgan y me sentí bastante bien físicamente a pesar de caminar como Bambi recién nacido. Eso quiere decir que estoy haciendo ejercicio y no necesariamente en defensa propia, sino por gusto. Yo no era así… mis noches tampoco. Pícale al soundtrack de la caminata matutina.
Morgan and Me
La dinámica de mi vida ha cambiado en éste último mes. Todos los días al ir a trabajar envidiaba a los transeúntes que despreocupadamente caminan sobre Calzada de los Héroes hacia o desde el puente del amor con sus mascotas, trotando o solo sosteniendo un vaso de starbucks mientras pasean sonrientes su look aesthetic de bajo presupuesto. Y pues casi se me cumplió, por lo del bajo presupuesto: ahora soy yo quien pasea al perro por la mañana, en chanclas, sin peinar, sin maquillaje y abrigada con una sudadera amarilla cuatro tallas más grandes que yo, pero eso sí: con una sonrisa tan grande que su brillo opaca al mismo sol que alumbra mi recorrido matutino… aesthetic y contrastante.

Susana Distancia le ha dado un giro a mi vida, pero no porque esté manteniendo mi distancia con mi familia, sino que mi familia mantiene su sana distancia conmigo… y eso era desde mucho antes de la cuarentena. Hoy en día mis rutinas literalmente desaparecieron y ya no soy sacada de la cama a las cinco cuarenta por mi despertador adolescente sino que puedo permanecer acostada hasta que la luz del sol me molesta al filtrarse por la ventana, y cuando eso pasa ha llegado la hora de levantarme para correr la cortina, tener un poco de oscuridad y seguir durmiendo para luego ser sorprendida por un despertador con ímpetu adolescente (aún con ímpetu de adolescente, diooos, que afortunada soy) que me da vueltas por la cama para dejarme agotada y me permite reponerme durmiendo otro rato mientras me prepara el desayuno (dioooos que afortunada soy), porque cocina muy rico (dioooos que afortunada soy)  y también lava trastes (diooos pero de verdad qué pinshi afortunada soy).

Y es que considerando mi situación post matrimonio fallido y harta de los estereotipos mochos doblemoralistas del estado de Guanajuato, mi lugar de residencia y  cuna de la derecha católica ultraconservadora mexicana, decidí no involcrarme más con especímenes cavernícolas sub desarrollados de éstas tierras e irme a hacer vida sexual intensa al liberal estado de… Querétaro.


Pasando tiempo entre mi hogar de Guanajuato y mi hogar de Querétaro, y considerando que no se puede estar en casa sin “hacer quehacer” y  como mujer muy bien atendida que se volvió hogareña, decidí hacer cosas útiles y productivas para agradecer los favores muy bien brindados: limpié, sacudí, lavé, comí, trituré la tapa de la licuadora con las aspas porque se fue al fondo intentando lucirme haciendo un licuado, y descubrí que por la tarde no solo en la oficina me da flojera sino también en casa. Y me da una flojera de esas que me inspiran a huirle totalmente a la organización de la ropa del clóset y sobre todo a la “bolsa de ropa por reparar”... así como le huyo al trabajo de escritorio después de las cuatro que regreso de comer. Estoy segura que cuando regrese a la oficina extrañaré la “pausa” para la “siesta” y no precisamente para dormir.

Ésta cuarentena me hizo recordar por qué no soy ama de casa: soy tremendamente incompetente para estar encerrada en la casa limpiando. Caray, saber hacer la limpieza tiene su mérito: organizar el clóset, limpiar la alacena, aspirar el coche, no es tarea fácil, sobre todo cuando me queda poco tiempo porque hice la encomienda voluntaria de publicar todos los días memes robados en facebook. Es un arduo trabajo que tiene su ciencia: hacer mucho “scroll down” poniendo atención a las publicaciones para no perder detalle. Al ver un meme hay que analizar la probabilidad de éxito, y eso solo se logra conociendo bien el público al que va destinado, pero no sin antes medir el factor de exposición y la prontitud de la respuesta de la audiencia, sin dejar de considerar que el contenido sea políticamente correcto y que posea alto impacto inmediato, o bien si el meme dista de ser popular en ese momento, guardarlo para cuando sea propicio redistribuirlo al mundo, sin descuidar el constante monitoreo para asegurar que no pierda vigencia, y conservar un buen y organizado archivo de memes para contestar comentarios con prontitud y pertinencia… podré organizar memes pero no la ropa del clóset.



Ser incompetente para las labores domésticas no me convierten en una mala candidata para ser la esposa perfecta. Es mi negación a ser sumisa, ser muymansa y ser sumensa la que me vuelve una candidata inviable para el matrimonio. Igual no lo voy a cambiar o “mejorar”,  no tengo planes de volver a casarme pero sí de vivir muchas lunas de miel. Esas sí se me dan bien. 



Todos tenemos diferentes habilidades, yo me declaro incompetente para muchas cosas, pero luego veo que hay gente que es más incompetente que yo y me da un cierto gusto insano saber que no estoy tan jodida, pero al mismo tiempo me siento comprometida a hacer las cosas eficientemente porque sé que siempre habrá alguien mejor que yo… ¿y por eso es importante superarse en ésta cuarentena?

Me pongo a reflexionar y me doy cuenta de que yo también me estoy subiendo al tren del mame al intentar “superarme”. Analizando la situación, ahora veo que antes de aprender una habilidad para sobrevivir es mejor aprender a no joderle la vida a los demás. Y lo más fácil para evitar joderle la vida a los demás es permanecer lejos de los demás tanto física como emocionalmente.

La gente estresada no es la más amable del mundo, y si hay mucha gente que no es amable seguramente no es porque tengan complejo de supervillanos y energía de sobra. Recordemos que casualmente la competencia causa estrés. Y si somos entrenados con urgencia para primero competir y "ser mejores" (sin que primero nos expliquen el parámetro de mejoría) es obvio que existirá frustración en mayor o menor grado al no cumplir con una expectativa porque no es clara. Al existir frustración es más difícil que afloren sentimientos como la amabilidad y la empatía. Es más común que en un ambiente de frustración aflore el espíritu belicoso, como una respuesta del organismo para atacar en vez de huir, porque huir no es una opción… vamos que en esta jungla de asfalto es una realidad que siempre estamos estresados y por eso somos mala onda aunque no sea nuestra intención… hay otras vías para liberar el estrés y no siempre son mejores que pelear constantemente contra los demás por el espacio que nos invaden.


“Independientemente de los recursos que tengamos, sobrevivir en un entorno desfavorable es menos complicado si nos rodeamos de la gente más afín a nosotros.(el reto es encontrar gente. Encontrar gente afín es todavía más improbable.)” -Yo, justificando mi putería. 

Además no siempre resulta sencillo reconocer que hay personas que ya no pertenecen a nuestra vida y menos aún saber cómo desprendernos de ellas a pesar de que nos unan lazos sanguíneos o civiles. Esa es la parte más difícil: reconocer y aceptar cuando una relación de reciprocidad se termina y se convierte en una relación de abuso… y me estoy refiriendo las relaciones de todo tipo en general. Sobre todo por esa precaución que tomamos para evitar represalias o minimizarlas. (¿ya les llegó el video que mi ex dijo que difundiría?)

En esta cuarentena muchos descubriremos si acaso somos capaces de sobrevivir en un estado de tranquilidad con nosotros mismos en los entornos que hemos creado. Y me da gusto haber empezado a fabricar éste escenario desde tiempo atrás… desde mi divorcio. 

No me puedo imaginar vivir la cuarentena al lado de una persona que no se soporte ni a sí misma, que constantemente está buscando a quién culpar de sus males, su calvicie, su desgracia y su exceso de dimensiones abdominales. No me puedo imaginar viviendo la cuarentena al lado de una persona que no se acepta ni a sí mismo, a quien atormentan sus propios pensamientos al nivel de pedirle a los demás que cuiden sus palabras, sus gestos y ademanes para no sentirse afectado. No me puedo ver incluida en una situación donde otra persona decida cómo debo manifestar mi personalidad. No me puedo visualizar viviendo en una relación donde debo escoger perfectamente las palabras que uso para no ofender, es como vivir caminando sobre cáscaras de huevo cuidando de no romperlas. Pero sobre todo, la neta no sé cómo decir “de la que me libré,” porque qué pinshe hueva pasar la cuarentena al lado de un vainilla teniendo tantos sabores disponibles en el universo.

El escenario actual que estoy viviendo es muy favorecedor para los siniestros propósitos de mi nuevo estilo de vida. El escenario actual incluye grilletes pero no mentales; cuerdas para atar, pero no para atar la voluntad ni el deseo; y mucho lubricante para que se me resbalen las opiniones desfavorables. No hay malestar anímico que un orgasmo no mejore.

Podría ser definida como una mujer de cascos ligeros, como casquivana, promiscua y puta, vamos, como cualquier hombre promedio que vive su vida sexual buscando una exclusividad donde estacionar su ímpetu. La cosa pinta a que alguien ya está llenando ese espacio que nadie más había podido llenar… literalmente. El ganado está enojado.

La rola de hoy:












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