jueves, 26 de abril de 2012

La niña que llevo dentro: yo misma.






Tuve una infancia feliz, bueno, de lo que me acuerdo es de las partes felices, un año de terapia fue suficiente para bloquear los recuerdos non gratos y enfocarme en las cuestiones positivas.



Esta foto pocos la conocen, se encuentra en la escalera de la casa de mis papás

Fui una niña precoz, en todos los aspectos. Desde el kinder ya sabía leer y escribir perfectamente, y fue por eso que inicié la primaria en segundo grado, a los 5 años.
Mi vida fue mas divertida antes de cumplir 10, antes de comenzar a estudiar la secundaria. Así es: secundaria con 10 años, ¿te imaginas?. Qué bueno que no te lo imagines porque ahí fue cuando me empecé a volver loca y desequilibrada. No me quejo de mi niñez, porque viví en un mundo muy agradable, en el que, en palabras de mi abuela paterna: -todo era bueno. Y en palabras de mi abuela materna: - en esa época todo era mejor, y a los perros los amarrábamos con longaniza.

Tengo que agradecerle a mi Tio Pepe por inducirme a la buena música, y por tomarme fotos, sin su ayuda no habría imágenes para este post.




Mi niñez, los ochentas: a pesar de la crisis económica y de estar el PRI en el poder, todo era bueno, pero la moda era un desastre. No tenía videojuegos en casa, pero no hacía falta, porque con una moneda de cien, de Venustiano Carranza podíamos jugar Pac Man en las “maquinitas”. Tenía varios primos de mi familia materna con los que iba a la escuela, y con los que me echaba la pinta también. Además, estando la escuela cerca de la casa, y el Parque Hidalgo cerca de la escuela, íbamos al parque para pasarla de lujo cuando no había dinero para Mario Bros Tres.

Si el Parque Hidalgo pudiera hablar…extraño la pendiente del puente peatonal del parque, mis primos tenían “avalanchas” con las que bajaban raudos y veloces para estrellarse contra las jardineras. Eso me encantaba: verlos estrellarse porque siempre he sido tan cobarde que nunca me animé a subirme en una y mucho menos aventarme por la “mortal” bajada del puente.

Mis más intrépidas maniobras: subirme a los columpios, (porque las resbaladillas me daban pavor), y saltar sobre la cama de mis tías, hasta que una vez, me dí tremendo sentonzazo en el suelo por calcular mal el brinco. Debo confesar que me dolió mas el orgullo que el trasero, tan fue así que cuando mis apuradas tías me preguntaron: -Emmy, Emmy, ¿te caíste? . Yo, con mi moral lastimada por tan chusca escena, solo atiné a responder con un tono de orgullo: -no me caí, así me bajo.

Me daba pena que mis tías me mandaran a preguntar la hora, porque se burlaban de mi cuando levantaba la bocina, marcaba 03 en el disco del teléfono y preguntaba amablemente: -señorita, ¿me da su hora por favor?


También me daba pena que me mandaran a preguntarle la hora a mi Tío Gustavo, porque maquiavélicamente no me contestaba, solo me ponía enfrente su reloj de manecillas… era sumamente decepcionante. (y hasta la fecha me cuesta trabajo leer un reloj que no sea digital).

Siempre he tenido un grave problema con las matemáticas, debo confesar que soy buena para leer, pero para sumar, restar o multiplicar soy patética: hasta le fecha no recuerdo cuanto es siete por seis y no me sé los números romanos, de hecho para escribir siglo diecinueve lo hago con una i seguida de dos equis.






Ahhhh la inocencia de mi infancia. En mi niñez, el mundo real quedaba tan, pero tan lejos, que ahora algunos de mis conceptos de aquel entonces me parecen ridículos (algunos, no todos) :

La única Guerra Fría de la que tenía conocimiento era de la guerra que le daba a mi mamá para que me comprara una paleta de hielo sabor Pitufo.

Como el “Pato Donald” no sabía hablar, creía que su verdadero nombre era Ronald, si Ronald Reagan, a quien por cierto mencionaban mucho en el radio.

Me preocupaba más que el Doctor Hell encontrara el yacimiento de japonio para fabricar robots que destruirían a Mazinger Z, que el peligro que significó Chernobyl. Lo que es peor, suponía que Chernobyl era otro planeta, como Melmac o Thundera.

Me quitaba mas el sueño saber los sufrimientos de la “Abeja Maya”, que la hambruna en Etiopía.

Me preocupaba más no poder ver el Chavo del Ocho, que la caída del muro de Berlín. O incluso que rescataran a Gilligan de la isla, así se acabarían sus divertidas aventuras.

Pensaba que al hablar de Augusto Pinochet se referían a la verdadera identidad de Geppetto.

Que ejecutaron al responsable de un régimen horror vivido en Rumania… ¿¿el tal Nicolae Ceausescu será vampiro??

Escuché en las noticias que recién se había encontrado un Agujero en la Capa de Ozono, y yo me preocupaba más por encontrar en una juguetería la “Espada del Augurio” que me mostrara más allá de lo evidente.

Estaba tan ajena del mundo, pero aún así seguía riendo con los chistes del Güiri Güiri, solo porque me parecía chistoso, aunque no lo entendiera.

E.T. me parecía super cool, pero me parecía mas cool Alf, él tenía mucho sentido del humor, y las películas de Mad Max que pasaban los domingos por el “canal diez”  me parecían un claro anuncio de que el mundo se acabaría en el 2000.

De Chespirito ni hablar, mi mamá no nos dejaba ver el chavo del ocho por considerarlo una influencia poco favorable, y yo no tenía idea a que se referían las niñas de la escuela cuando me gritaban: - chusma, chusma. Así que viví feliz; y ahora que ya nadie me impide verlo lo disfruto mucho porque para mí todos los chistes son nuevos. Y en lugar de ver el chavo del ocho, veía en Imevisión “los años maravillosos”


De Izquierda a derecha: mi hermano tapando a mi primo Iván, Laura de sombrero, yo misma, mi hermana Flaca y mi prima Fátima, gracias Lau por rolarme las pics.




Mi niñez fue privilegiada: no tenía que preocuparme por trabajar para ganarme el sustento, solo bastaba con abrir el refri o pedir dinero a mis papás (y tenía papás, es decir estaban juntos, y hasta la fecha están juntos). Las preocupaciones eran mínimas, y hacer la tarea era mi responsabilidad mas grande. Los retos a superar eran: saltar a mas de tres en el “chinche al agua”, brincar hasta quintas en el resorte y voltear de una sola palmada hasta tres prendas de papel para mis muñecas, también de papel.

Mis mayores angustias eran: que al hacer una travesura mis papás estuvieran de acuerdo en el castigo, porque así el castigo sería mayor; levantarme tarde el domingo y perderme a Chabelo; y tener que ir a confesar mis pecados para poder comulgar. (Si esa era mi mayor angustia, no se que hubiera sido de mi de tener que confesar en ese entonces los pecados que cometo actualmente).

Mis grandes traumas: que los chocolates de la vaquita me salieran quebrados, ahora mi trauma es quebrarme emocionalmente por las necedades de La Vaca.

Traumada por la comida y siquiera me preocupaba por la dieta, y yo era feliz con $1000 de Sor Juana Inés de la Cruz, porque me alcanzaban para unas pizzerolas de $600 y una coca en bolsita de $400… la salsa Maga iba de regalo. Y de postre? Palomitas, pero no con salsa, sino con caramelo, venían en presentación de bola y pintadas de rosa o de verde.

No tenía una relación de pareja, pero me trastornaba de a gratis con mi gran amor imposible de la infancia: Luis Alberto Andrade Vega, guapísimo y excelente dibujante. Sí ya sé que puse su nombre completo, a estas alturas de mi vida no me importa si se busca en Google y encuentra su nombre en mi blog. Pagué terapia para superar mis irracionales traumas y por eso tengo derecho a darme el lujo de decirle a todo el mundo que moría por el hermano mayor de Martha Elva Andrade Vega cuando estaba en el kínder.
A la derecha, de playera rosa, con mirada siniestra y dos bebés sentadas en mi regazo.


Las películas de karate Kid influenciaron mucho a la niñez de mi época, pero influenciaron mas a mis hermanos (y a mi papá), quienes se inscribieron inmediatamente en clases de karate, y alcanzaron el 3er Dan de la cinta verde… yo les quise seguir el paso, pero como soy malísima en deportes, a lo más que llegué fue a “Cinta Diurex”

Como haya sido…amé mi infancia, amo mi vida, gracias a lo que viví es lo que soy ahora, y aunque lo dudes, aún vive en mi interior la niña inocente y tierna.
 
No es mi hija, soy yo, por imposible que parezca.



La rola de hoy le causa nauseas a mi hermano y a mi no me desagradaba, ahora se me hace algo cursi aunque crecí con ella.



jueves, 19 de abril de 2012

♥♥♥ Perro amor ♥♥♥

Fue en el pasado Jueves Santo. Corrijo: fue en la sa-bro-sa tarde del Jueves Santo que lo conocí… bueno, ya lo había visto en ocasiones anteriores. Cuando me lo presentaron no fue amor a primera vista debo confesarlo, ya que me pareció bastante peludo y desaliñado, pero bastaron solo cinco minutos a su lado para que me conquistara, desde ese día me gustó mucho. Lo que más me agradó fue que desde el principio nos la llevamos muy bien, además es en extremo cariñoso y eso me hizo caer redondita.

Es Gregorio, el 'roomy' de un muy querido cuate. Gregorio llegó a su depa por un hermoso acto de bondad: paseaba sus cinco kilos con quinientos gramos sobre cuatro flacas patitas en la inclemencia de las calles, en medio del polvo, el sol y el peligro de los coches. Supongo que con sus ojitos brillantes y moviendo la colita fue como cautivó a su dueño, al grado tal de llevárselo a vivir con él y pagar su manutención de por vida: así es, decidió tenerlo de por vida, en la salud y en la enfermedad, en lo próspero y en lo adverso y viviendo en el patio hasta que la muerte los separe.

Y es que es casi imposible no amarlo: es callado, muy pero muy cariñoso, es limpio, simpático y tiene unos hermosos ojitos pizpiretos que cada vez que miran se refleja todo su amor incondicional mientras mueve la cola, le encanta besar y pararse en dos patas para saludar en cuanto se le acercan. Es muy juguetón y brinca de gusto cada vez que le llaman cariñosamente “Goyo”.


Recordé mucho a mi amiga  Ere Real, quien es un ángel enviado del cielo porque se preocupa, y se ocupa del bienestar de los animales. ♥ saludos Ere!!!


Goyo es un perrito de raza “corriente” cruzado con “de la calle”, muy parecido a un schnauzer, pero sin los característicos bigototes ni las cejotas, es de un áspero pelo color miel con mechas canosas que lo hacen ver como recién salido de hacerse “rayitos” en una estética. Tiene un temperamento alerta y es muy amistoso. Creo que no me cansaré de hablar de lo amistoso y amoroso que es, ya que por ese motivo se ganó mi corazón.

Su dueño me pidió cuidarlo mientras salía de vacaciones… la verdad es que yo le pedí al dueño quedarme con él. Cuando su dueño me dijo que sí, gustosamente abracé a Goyo, lo subí al coche y lo amarré con la correa para evitar un accidente si se le ocurría demostrarme su cariño mientras iba manejando.

En cuanto llegó mi casa salió al patio y corrió como loco. Cuando mi hija le habló la siguió y jugó con ella hasta el cansancio…hasta el cansancio de mi hija, ya que Goyo es un cachorro con mucha energía, y lo pude apreciar porque cuando mi hija se sentó, Goyo todavía tenía cuerda para rato.
Nos enterneció tanto que le permitimos dormir en el interior de la casa, solo por esa noche, y por la noche siguiente, y por la que sigue y por la otra y la otra…ok, reconozco que soy demasiado consentidora y lo dejé dormir hasta en mi cama.

Nos gustaba mucho sacarlo a pasear al parque. Bueno, a decir verdad él nos saco a pasear a nosotras, ya que íbamos para donde Goyo nos llevaba.



Su amor es incondicional: cuando yo llegaba de trabajar  se emocionaba todo y brincaba de gusto, nunca me hizo un desaire, al contrario, lo regañe un par de veces por morderme (fue por la emoción de verme, no porque quisiera atacarme), y obedeció sin guardarme rencor. Siempre estuvo de humor para besarme las manos con su húmeda y áspera lengüita. Lo único que humildemente pedía a cambio era comida, agua fresca y alojamiento, nunca me pidió alguna otra cosa, inclusive pudo haberme recriminado que el tiempo que pasé con él era poco, ya que tenía que irme a trabajar y le dedicaba solamente un rato para jugar.

Caí enamorada de ese tiernecito saco de pelos, y alguien me cuestionó acerca del por qué de ese enamoramiento. Lo pensé detenidamente y la respuesta es que lo amo porque me ama, eso es todo. Me gustaba estar con él porque el amor que recibo de su parte es incondicional, y yo procuré retribuirlo con otra dosis de amor, caricias, juegos, palabras dulces, croquetas Pedigree y bocaditos Dog Chow.

Como un animal no racional que se posiciona peldaños debajo de nosotros en la escala evolutiva, su comportamiento no es perfecto e implica tener paciencia para con sus expresiones efusivas de cariño y sus expresiones fisiológicas también. Tenerlo implica un costo: sabía de antemano que debía barrer pelos y limpiar las cosas que me dejara en el jardín. Pero a cambio de su cariño estuve completamente dispuesta a soportarlo… así como en algún momento soporté calcetines sucios fuera del cesto de la ropa, tapadera del baño levantada, cabellos tapando la coladera y el tubo de la pasta de dientes apretado cerca de la boquilla y no desde abajo, y otras cosas nada agradables… finalmente el cariño tiene un costo: una dosis de tolerancia para con el ser amado, sea un Animal Irracional como un perro, o sea un Animal Racional como una 'Vaca'.

Literalmente me enamoré de Goyo, mencionaba su nombre a cada rato y suspiraba cada vez que me acordaba de sus ojitos. Quería quedármelo y ya me imaginaba llevándolo al veterinario para sus vacunas, con el homeópata (es que todavía no levanta la patita al orinar, jejeje), al corte de uñas y lavado de dientes, sintonizar Animal Planet para ver los capítulos del “Encantador de Perros”, y comprarle su casita para que pasara la noche en el patio.



El sábado anterior Goyo tuvo que irse, porque Goyo no es mío, Goyo tiene dueño, pero mi corazón se fue con él. Me siento triste porque Goyo ya no está, y debo comprender que lo amé, lo dejé libre, y no regresará porque no es mío. Me doy cuenta que estoy siendo tremendamente egoísta por desear poseer a Goyo, y la razón por la que deseo tenerlo es porque me hace sentir bien cuando estamos juntos, porque con sus jueguitos y sus atenciones me demuestra que me quiere de manera incondicional, y eso me gusta muchísimo.  Yo sabía que al llegar del trabajo estaría ahí, esperándome con mucho gusto, yo sabía que al hablarle acudiría a mi desinteresadamente, yo sabía que no le daría pena que me vieran acompañandolo si salíamos juntos de paseo,  y sabía también que no tendría que rogarle que permaneciera a mi lado.

Goyo se fue y “Mi La Re Sol” me sugirió adoptar un cachorrito para llenar ese espacio vacío… pero no es lo mismo. Goyo se ganó mi corazón, confieso que nunca quise tener un perro como mascota, pero amo a Goyo. Pensando en que los perros se parecen a sus dueños, sé que en caso de decidirme a adoptar uno será difícil encontrar un perro geniudo, desaliñado, neurótico, incongruente  y que le guste el vino blanco liebfraumilch.



Morde y Toso, Toso de cachorrito, porque era un animalote

En casa de mis papás tienen un perro, solían ser dos, pero uno decidió ser robado, y es que era tan juguetón y despistado, que seguramente un día se equivocó de dueño. Su nombre era Toso, no le pusieron Toso por latoso, sino por apestoso, y es que a parte de su aroma a perro, se tiraba unos hediondos gases que aniquilaban a cualquier ser vivo a la redonda… una vez se le salió tremenda flatulencia que hasta tuvo que huir de su propio olor. A pesar de no ser tan sucio era un poco bruto para eso de la limpieza, no le molestaba hacer un regadero al comer como desesperado, ni vomitar el piso por tener el estómago lleno, y mucho menos tragarse lo que recién había vomitado.

El Morde

El otro perro, Morde, aún lo conservamos, y él tiene características de todos los miembros de la familia: es geniudo como todos nosotros, es juguetón como mi hija, padece gastritis y reflujo como mi mamá, le encanta el chocolate, como a mi papá, le gusta mucho la cerveza, como a mi hermano, es muy simple y alegre como mi hermana mediana, y de vez en cuando hace desplantes y berrinchitos, igualitos a los que hace mi hermana la más chica. En repetidas ocasiones se escapó de casa y volvió, todo madreado, casi ciego de un ojo y con la cola entre las patas… así es, definitivamente el Morde tiene algo de cada uno.
Goyo no es muy diferente al Morde o al Toso, es cariñoso, amoroso, juguetón, desinteresado, fiel, atento y muy listo…¿será que los perros se parecen a su dueño?  De ser así, me hace falta conocer más de cerca al Dunga.

Amo esta foto, gracias al dueño que no me la compartió, pero se la robé, jejejeje.

Como mascotas yo solo tuve gatos negros, y se llamaban: Angst, Lucia Fernanda, a quien de cariño le decía “lucifer”, y Simón Atanasio, y de cariño le decía “satanás”, los dos anteriores tuvieron un gato al que le puse “Leviatán”. También tuve una serpiente, una boa constictor que se llamaba Ishtar. Si, ya lo sé, reconozco que estaba loca. (¿estaba?).
Ahora no busco tener gatos, ya me gustan los perros…será que estoy cambiando??

¿Será que los perros se parecen a su dueño?, ¿o que los dueños se parecen a sus perros? Goyo no se parece a mi en nada, el es demasiado dulce y yo soy tremendamente amarga. 
Por eso Dios mio, te pido parecerme a Goyo, te pido que me des las virtudes que me permitan ser como él, quien de manera desinteresada se dedicó religiosamente a hacerme feliz durante una semana, dame lo que me permita consagrarme sin condiciones a mis seres amados: a mis padres, a mis hermanos, a mi hija y al individuo que decida permanecer a mi lado.  (Quien seguramente estará mal de la cabeza por el simple hecho de animarse a andar conmigo).
He pensado mucho acerca de una idea: que las personas “humanizamos” a los animales. Es decir, les atribuimos sentimientos humanos, porque realmente no sabemos lo que sienten, creen o piensan. Yo creo que Goyo me quería…¿Quién me lo asegura? nadie, solo lo deduje por la manera en la que me trató… o será como dicen los “psicolocos”: ¿me estaré “proyectando” en Goyo?, ¿será que tengo la necesidad de querer a alguien y darle mi cariño? … ¿o será que tengo la necesidad de permitirme sentir el cariño que alguien me da?, como sea, el hecho es que lo extraño y difícilmente otro animal va a cubrir este hueco, bueno, eso creo yo.

La rola de hoy: who let the dogs out?? Jajaja nel. La rola de hoy la canté con mucha emoción hace algún tiempo pensando en alguien que quiero mucho, que quisiera ver mas seguido y que me inspira estar en sus brazos mientras le susurro al oído que le he extrañado tremendamente: gracias por todo lo que me has dado ;).

jueves, 12 de abril de 2012

Santa semanita!!!

Me pasa que cuando corto el ritmo me descompongo por completo. La ironía de las vacaciones es que cuando a penas voy empezando a tomarle gusto a la hueva ya es momento de regresar al trabajo. Semana santa: Santa semanita!!

Laboro para una fábrica de calzado, de esas que casi no hay en León, y como es tradición para muchas fábricas, es de asueto la semana santa. Así que vengo regresando de una merecida semana de descanso, la cual, originalmente tenía planeada ocupar para poner en orden mi casa, mi vida y mi consciencia. Sin embargo eso no ocurrió, y en lugar de realizar limpieza física y espiritual, me dediqué a autosabotearme para evitar hacer lo que debo.

Todo comenzó el "Viernes Lola",así es, viernes de dolores, pero de dolor de cabeza, de estómago y de conciencia. Como sabía que era el último día de trabajo antes de una completa semana de relax, no podía dejar de pensar en los planes que tenía para los días de asueto, y en lugar de concluir con ocho mil cosas que debía hacer, solo terminé lo mas urgente. Total que dejé siete mil novecientos noventa y siete pendientes para el lunes 9 de Abril, y con todo lo que no hice el viernes terminé con dolor de cabeza…y de estómago, porque me cayeron mal las hamburguesas que me comí ese viernes de vigilia. Pero por haber comido carne no me dolió la conciencia… el dolor de conciencia comenzó a gestarse hacia el final de la noche, por ahí de las diez con treinta y tres minutos, porque estaba empezando a disfrutar mis vacaciones, tomándome un “Ticket to Fly” en el Rockstation Bar, acompañada de mis primas, y armando tremendo escándalo por ser cumpleaños de una de ellas.

En lugar de pedir una “tella”, nos vimos muy ñoñas con tragos de señoritas…. nótese en la mesa, ja ja ja, ¿no me da vergüenza? Si me da, lo admito, yo ya no soy señorita, o sea que esos tragos no van.

Debo confesar que nos la pasamos genialmente bien: a las dos de la mañana todo era bello, los covers que tocaba el grupo estaban excelentemente ejecutados y hasta parecían las versiones originales, además canté todas las canciones en inglés con una perfecta pronunciación, las bebidas eran muy sabrosas, el servicio excelente, los precios baratísimos, mis chistes eran de un fino humor y me reía discretamente, inclusive el Archie me parecía muy, muy flaco!! Todo iba bien, todo era taaaan genial que mi prima comenzó a publicar en vivo y en directo en su face los comentarios  de nuestra fenomenal noche en aquel bar, hasta que al día siguiente…
 

 ...vi la foto de Archie, el video donde desafinadamente “guachuchie” las rolas y me reía con tremendas carcajadotas cual es mi costumbre, vi el recibo del total de la cuenta que pagamos, sufrí la cruda por la peda que nos atoramos y me dí cuenta que las manchas rojas que descubrí en mis dientes no eran por haberme sangrado al morderme mascando un chicle, eran porque había mordido mi lápiz labial sabor tutti frutti. Las publicaciones en el feisbuc solo decían: “el alcohol está borracho”. Luego puso mi prima, refiriéndose a ciertos “animales”: buscaré un príncipe para convertirlo en sapo.

Archie guapo, te mando saludos y tengo que admitir que a tu lado me veo delgada.

Después de la fiesta: me levanto rápidamente a las siete con cinco minutos de la mañana… pero para ir al baño, acto seguido regreso a mi cama y permanezco en calidad de bulto hasta las once con cincuenta y tres minutos. Yo lo siento por mi prima que tuvo que dar consulta a las 9 de la mañana, porque según cuenta, se despertó a las carreras a las 8 y media, para enfundarse la ropa, ponerse zapatos, alisarse las greñas y maldecir al despertador que valió para puras madres porque nunca hizo “ring”, pero su mamá le hizo una aclaración: - Hija, el despertador tenía una hora sonando.

Eso si, lo bailado nadie nos lo quita, y mi abuelita al ver las fotos, creyó inocentemente que habíamos ido por unas nieves… primis bonis: la desengañaste?


Al siguiente dia por la noche: vino con aceitunas, pero sin aceitunas. Ok, lo confieso: me dispuse a tomar a mi queridísimo liebfraulmilch, y la felicidad me duró un buen rato: 36 horas para ser exacta, corrijo: me duró 35 horas porque el gobierno federal a través de la CONAE  me robó una hora de mi vida con el pinky horario de verano. (nota, la CONAE no es la COmisión Nacional para el Ahorro de Energía… sino que significa Con estos hOrarios se Nos Acumula El sueño)

Domingo, Lunes y Martes: mi desayuno favorito: Café colombiano y pan con mermelada, sí con mermelada porque se nos acabó el nutella (aceptamos donaciones).

Lunes: con toda la disposición del mundo, se me ocurrió hacer limpieza general en mi casa… pero en lugar de eso… uuuyyyy pasé un agradable rato con el ex de mi hermana… siiiiii con el “ex box”.

Martes, me lanzo a Pénjamo por mi “madura, independiente y autosuficiente” hija de siete años que ya se manda sola y decide pasarse el fin de semana con sus primos en el rancho. Invertí tres horas en el viaje, y eso fue porque no venía a rajamadres como suele ser mi costumbre cuando manejo por carretera, ¿Llegando a León me fui a limpiar mi casa? Nel, me puse a jugar en la compu y a checar el ‘feisbuc’.

Miércoles de películas en la casa de mi mamá… en vez de estar limpiando mi casa, estoy sentada frente  la televisión viendo películas de suspenso con mi hija, el Morde, mi hermana y su novio. Nuestros gritos se oyen hasta Timbuktú y el Morde está más que alterado de los nervios por los sobresaltos que pega cada vez que nos oye gritar. Le insisto a mi hija para poner una película de Disney, pero se niega porque le gustan las emociones fuertes y encajarme sus uñas en el brazo con cada escena de miedo. Así es, mi “madura, independiente y autosuficiente” hija de siete años (a quien todavía abrazo cuando tiene miedo).

Jueves Santo por la mañana…


Pospuse toda la semana la redacción del post del jueves santo, porque “como estaré de vacaciones, tendré tiempo para escribir” ajá, si, como no. Ese dia me pregunta mi papá si tengo planeado acudir a la visita a los 7 altares como es costumbre en la familia… pero ya instalada en el disfrute de la semana, lo único que se me ocurre es la posibilidad de acudir a visitar siete cantinas, para variar.

Jueves por la tarde: volteo hacia atrás y me fijo que no he hecho nada de lo que tenía planeado. Una semana antes decidí adelantar mi vacaciones yéndome de paseo a la playa para que me quedara tiempo y poder hacer muchas cosas en la semana santa…¿Qué pasó?, la única explicación que encuentro es el autosabotaje, y para justificar el autosabotaje no puedo dar una razón válida. El punto es que los hechos hablan por sí mismos y ni limpié la casa, ni organicé mis cosas, ni lavé el coche, ni hice tarea, ni escribí el post sino hasta el jueves por la mañana… en fin. Sin embargo sucedió que en el recuento me percaté de que en realidad disfruté ciertos momentos de mi tiempo libre. ;) Gracias, muchas gracias!!!

Viernes santo… no fui a ver la representación del Viacrucis como es costumbre en la familia, reflexioné que ya no tiene emoción el teatrito: ya sé que el protagonista se muere al final. En lugar de ir a asolearnos, hicimos comida en casa de mi mamá: delicia de pescado con ensalada y vino blanco liebfraulmilch, pero esta vez solo una copa. Bueno, de vino fue solo una... una botella, también tres cervezas y cinco horas consecutivas de chisme, novedades y carrilla al peculiar estilo Tapia.

Sábado a medio día: como si no tuviera nada que hacer, por pura ociosidad armé tremendo drama en el feisbuc, me desinflé como neumático al ver una foto y saqué a relucir mi inseguridad y paranoia porque no era yo la que aparecía ahí.

Sábado en la tardenoche: ahora sí, prometo solemnemente que limpiaré mi casa. Comencé a lavar ropa y una preocupante llamada cambió mi enfoque a otra prioridad, tan fue así que no dormí en casa, de hecho no dormí. Al día siguiente, Domingo, estaría guiando a una grúa hacia el rancho El Rosario, en el camino a Nuevo Valle de Moreno, a cinco kilómetros de San  José del Tanque, comunidad que se ubica sobre la carretera a San Felipe Torres Mochas, pasando Sierra de Lobos… que susto, pero me siento feliz porque que no hubo lesiones, bueno, nomás un wey que después de haber salido ileso del percance se cae al correr para subirse al camión y se gana un esguince de tercer grado en su tobillo, jajaja, que menso. Además entre el argüende también supe que la chica de la foto era la prima, y yo poniéndome nena porque creí que era su novia, jajaja, que alivio!!! y yo que me sentia rechazada!!! naaaaa que verrrrrr.

Reflexión: hice de todo para evitar lo que debía hacer, estoy consciente de que tenía muchos planes y terminé por hacer nada… oh Dios!!! Debo reencontrar mi enfoque u r g e n t e m e n t e, ya que yo solita, consciente o inconscientemente me estoy saboteando: ahora que hay carne por todos lados, se me antojan unos tacos de pescado, ahora que todo mi drama se aclaró recuerdo que “a la prima se le arrima”, ahora que sé como hacer las cosas no he hecho nada…   y yo me sigo cuestionando cómo reencontrarme conmigo misma: ¿acaso es hora de comenzar a vestir de negro nuevamente?… no sé, lo he considerado seriamente, solo le pienso por el calor que está haciendo.

Esta semana tengo un nuevo amorrrshh:  ♥ ♥ ♥Gregorio♥♥♥, me han advertido que es un completo animal, pero aún así lo amo, de él les hablaré en el post siguiente.

La rola de hoy:  me llega al alma cuando veo los spots de propaganda política y pienso en mi país, esta es una rola muy escuchada en esta temporada, pero en otra versión, y la original NO es de Martín Valverde… es de Bob Dylan.




y para los que no van a misa, aquí en la versión chafa, jajajaja:


jueves, 5 de abril de 2012

Jueves Santo: Dios me agarre confesada.

Ora sí, “a lo que te truje Chencha”, me confesaré por recomendación del Caifán, pero a petición de “That E” quien me sugirió escribir un post acerca de la incongruencia y de otra cosa que ya se me olvidó, pero que si me pongo a reflexionar no se me ha olvidado, mi subconsciente lo está bloqueando porque es algo importante, o porque tal vez sea que le debo una lana.
Jueves 8:30 am: me he estado resistiendo tremendamente a escribir, y todo porque en el último post señalé claramente al final: “escribiré sobre mis confexiones”, nota, la x no se refiere a la x de sexo, de haber sido así lo hubiera escrito con tres equis, pero no lo hice, así que si esperaban que me ventaneara, se equivocan.
A que me refiero al hablar sobre mis confexiones?? No me quiero meter en camisa de once varas, así que solo diré lo mínimo indispensable, para no comprometerme, aunque estoy reflexionando que este jueves mi audiencia será limitada por el simple hecho de estar, o de vacaciones o iniciando un fin de semana largo y supongo que son pocos los que me leerán.
Primero, lo primero, me llamo… Dulcinea, dejémoslo así, tengo veintidiez años y soy mujer. Esto es importante aclararlo, ya que ante la avalancha de trastornados, en esta época uno ya no sabe si las mujeres guapas y buenotas saldrán con “palanca al piso”, pero eso si lo aseguro, nací niña… que diferentes circunstancias me hayan quitado lo guapa y buenota para convertirme  en una bruja neurótica eso es parte de otra historia.
Hace 18 años, un día como hoy, 5 de Abril de 1994, perdí a mi media naranja, quedé sola y hasta la fecha no he podido encontrar a alguien que me haga olvidar mi dulce amor de juventud, tal vez sea por eso que a últimos días he estado de un oscuro humor insoportable.
Te amo, de aqui hasta la luna, dos vueltas y de regreso!!!


Algo peculiar en mi?? Obsesión por las canciones y los aromas, los cuales me transforman y me trasladan a ciertas épocas de mi vida, los recuerdos me generan emociones que me motivan o desmotivan… creo que eso les pasa a todos (¿?) pero no me importa si eso les pasa, ya que estoy hablando de mi, y en este post de jueves santo el cual, supongo no leerá casi nadie, tengo espacio libre y total para ventanearme.
Las cosas que me gustan: dormir, comer, rezar y amar, (nota, amar no significa necesariamente “traca traca”). Lo que menos me gusta: despertar temprano y sin café, estar hambrienta, que me presionen y ser bateada cuando expreso mis sentimientos.
 Dormir. Me encanta dormir, y el sueño muchas veces es generado por “jaquecas con imágenes” en mi cabeza, que se repiten y se repiten y terminan por abrumarme al grado tal que consciente, o inconscientemente caigo en una profunda pesadez que provoca que se me cierren los ojos. Esas “jaquecas con imágenes” (las cuales son conocidas comúnmente como pensamientos), en ocasiones son recuerdos o vivencias del pasado que me señalan cómo deberían ser las cosas, qué decisiones debería tomar, y cuál podría ser el rumbo correcto a seguir… estoy consciente que en ocasiones he hecho cosas que están fuera de mis principios y como consecuencia me la paso dándole vueltas al asunto, escuchando esa voz interior que me indica que he hecho mal (¿que es mal? Es actuar contrario a mis principios), y que debo hacer algo para rectificar el daño hecho… pero finalmente el daño está hecho y tengo que actuar para repararlo: así que voy por mi “kit de primeros auxilios”, el cual contiene: Ampolletas inyectables para la gastritis, Alka Seltzer y jugo de Mango con Vodka para la cruda, Rosario de la Virgen de San Juan, y una caja de curitas… aunque debería comenzar a pensar en una mejor solución para las heridas, ya que mi corazón esta forrado con curitas a estas alturas.
Comer: comer alimenta mi estómago, el cual por cierto ha estado muy bien alimentado en los últimos cuatro años: 15 kilos extra no mienten. La cuestión de la comida es un completo trauma para mí. Durante muchos años estuve tratando de descubrir el mecanismo por el cual de manera inconsciente confundo la necesidad de comida con el hambre espiritual… hasta los 24 años, fecha en que dejé de intentar descubrir la razón y mejor me puse a dieta. Era maravilloso dejar de comer, porque descubrí que al mismo tiempo que dejaba de comer, dejaba de pensar y de darle vueltas a mis traumas… el problema es que fui socialmente señalada por haberme convertido en anoréxica nerviosa, mas anoréxica que nerviosa, pero finalmente anoréxica. En realidad no era anoréxica, pero el estar a dieta de verduras y comida saludable era motivo para ser etiquetada como enferma de un grave trastorno alimentario, el cual yo no consideraba como grave, puesto que me veía muy bien midiendo 1.74, con 54 kilos y 63 centímetros de cintura.
Decidí comenzar a comer de todo otra vez, y como la comida es riquísima no he podido dejar de comerla, pero con un enorme sentimiento de culpa a cuestas y con 16 kilos también a cuestas.

Rezar: me gusta rezar, lo cual es repetir cual perico frases prefabricadas, ya sea Padre Nuestro, Ave Maria, el mantra hindú ohm man i pad me hum, o la Judía que se repite tres veces al día Shemá Israel, Adonai Eloheinu, Adonai Ejad. Como quiera que sea, cualquiera de las tres me lleva a la Oración… mientras que el rezo es un simple mantra, la oración me pone en contacto con mis oscuros sentimientos e intenciones y me brinda un momento de paz, muy parecido al que me brinda la marihuana, pero con la diferencia de que rezar es legal e inofensivo. Al llegar a la oración es cuando evito pensar y me concentro solo en abstraer mi mente para no recordar, para centrarme en el presente y reconocer que tengo fortaleza y deseos de seguir adelante… que romántico se oye todo eso, pero independientemente de que sea romántico o no, me distrae de lo mundano y me enfoca en lo que debo hacer. Duele, para mí la oración es dolorosa y catártica, por lo cual prefiero hacerla sin compañía y fuera de un templo.
Amar: aclaro que amar no implica sexo, amor es afinidad, afecto, apego, bondad, compasión, cariño, ternura y todas esas cosas bellas que tiene la vida. Me agrada disfrutar de todos esos sentimientos bellos y estremecerme cuando alguien los comparte conmigo, del sexo, prefiero no hablar, me causa conflictos, y es por eso que he tenido graves problemas, porque confundir el amor con la necesidad es fatal, sobre todo cuando para el susodicho el sexo se convierte en una necesidad y el amor no necesariamente tiene que estar presente, aquí en esta parte ocurre otra cosa que no me gusta: sudar de las pupilas, eso realmente lo odio.

Sentimientos, ¡rayos! Me cuesta hablar de ellos, y es porque caigo en la cuenta de cosas que me duelen, que son incongruentes, que me debilitan. Pero tarde o temprano tendré que enfrentar a las causas que me trastornan y me convierten en una Bruja Neurótica.
Mi grave trauma de vida se resume en la incongruencia entre lo que pienso, siento, quiero y hago. Ese es todo lo grave del asunto: toda mi neurosis radica en ese punto, y para mi es grave, porque me pone de nervios y en el peor de los casos, la mayoría de las veces no tengo la capacidad de identificar cual es el sentimiento que me abruma, si es odio, rechazo, amor, disgusto, sueño, hambre o sed. Es como cuando tengo sueño que me pongo de genio, o cuando confundo la sed con el hambre… eso es todo, mis traumas no tienen gran ciencia.

¿Que es lo grave de la incongruencia y esa otra palabra que me dijo “That E”, que no recuerdo, pero que la siento explotar en el fondo de mi corazón?…. Pues que la avalancha de sentimientos que experimento son confusos la mayoría de las veces, y esa confusión me lleva a un estado de  semi-depresión, donde me distraigo, pierdo el enfoque, sueño despierta, experimento anorgasmia, comezón en las plumas, hambre y miedo… mucho miedo, muchisisissisimo miedo.
En este punto me pregunto si realmente habrá alguien que quiera entrar en mi vida, así y con todos los desvaríos que implica mi manera de ser, unas veces tremendamente despistada y otras veces obsesiva y apasionada con todo lo que me rodea.

Pero a final de cuentas, como ya lo he expresado en otro post, el amor no puede venir de fuera de mi, hasta que me ame y me respete encontraré la paz que tanto he buscado y dejaré que llegue alguien a mi vida para amar y respetar en la salud y en la enfermedad, en lo próspero y en lo adverso, y hasta que la muerte, (u otra mas nalgona), nos separe.
Una cura que he encontrado que me ha funcionado para sobrellevar ese torbellino de tantas cosas que siento, es escribir, así que quiero agradecer públicamente a una persona cuyos apellidos no conozco, pero que recuerdo con cualquier rola de los Rolling Stones, el impulso que me dio para escribir cada jueves y publicar 21 post en un blog que describen mi vida, mi manera de pensar, sentir y la forma tan incongruente que tengo para actuar esos pensamientos y sentimientos.

Otra manera que he encontrado para sobrellevar este asunto es la música, puedo poner una rola que me transforme y una rola que me trastorne… a últimas fechas las rolas que me transforman: Thick as a Brick, the rain song, im yours, … y las que me trastornan: Like a Rolling Stone, Viva la vida, Sex on Fire.
Independientemente de la manera en la que sobrelleve mis sentimientos, traumas y anexos, el propósito que busco es encontrar la iluminación, la cual ha llegado en muchas ocasiones a mi vida como un estado pasajero, y considero que no puedo mantener la iluminación porque soy cambiante como ser humano, estoy en constante evolución y quedarme estática en un solo lugar implicaría detener mi crecimiento.

La iluminación la encontré hace nueve años para estas fechas, en un retiro espiritual católico, y llegó como consecuencia de un arduo periodo de reflexión y de penitencias autoimpuestas… tal vez te preguntes el por qué no busco nuevamente la iluminación en esta cuaresma, y la respuesta es sencilla: sencillamente no lo siento, para mí, la comunión es el fin de ese proceso de iluminación, es consecuencia del periodo de reflexión, no considero la comunión y todas esas expresiones de fe como el camino a la iluminación, sino por el contrario, comulgo porque me siento iluminada. Y a recientes fechas, siento una tremenda pereza para encontrarme a mi misma en ese torbellino de emociones y acciones incongruentes, así que seguiré igual el resto del año para correr a arrepentirme en cuanto comience la siguiente cuaresma… eso si no se acaba el mundo en el mes de diciembre.
La rola del día, "I Hate Myself And I Want to Die" rola obligada por la fecha, la que me define por completo, la que en estos momentos me recuerda que debo volver a ser yo, porque la escucho y me traslado, dándome cuenta de que existo, sigo viva y mi corazón latiendo… deseo volver atrás a aquella época donde el dolor me valia madres.

Será que volveré a ser yo misma? de ser asi, el primer síntoma será vestir de negro.