Muchas cosas vienen sin esperarse, la
mayoría supongo. John Lennon dijo alguna vez que la Vida es aquello que va
sucediendo cuando estás ocupado haciendo otros planes. Alguien mas dijo:
¿quieres hacer reír a Dios?, pues cuéntale tus proyectos.
Este fin de semana recordé muchas
cosas que he vivido y han terminado
diferentes a las expectativas que me había formado. Por lo anterior he llegado
a la conclusión de que es necesario no formarme expectativas porque al final
todo resultará diferente.
Un suceso de este fin de semana me
recordó que hace unos años me enamoré… Dios! Esa sensación de mariposas en el
estómago, y esa inexplicable felicidad…el amor, que es como una droga, por lo
cual, insisto, deberían prohibirlo.
Prosiguiendo: me enamoré, de verdad
me enamoré del chico del “circuito exterior”. No del chofer, ni del ayudante
que cobraba los boletos…¿ayudante? Si, tenían ayudantes, eso fue antes de que
existiera el “pagobus”, osea hace como escasos diecisiete o dieciocho años (si,
ya sé que ya estoy vieja).
En ese entonces estudiaba la
preparatoria, era prole (hasta la fecha) y todos los días abordaba el camión
para ir a la escuela, el famoso “circuito exterior” que le daba la vuelta a
toda la ciudad y que ahora se convirtió en la ruta X-53, conservando sus dos
versiones: Trojes o San Miguel. Al abordar el camión, solo me bastaba con agarrarme
bien para no caerme y esperar cuatro paradas más, para ver si se subía el
objeto de mi afecto: ese chico con pelo largo, facha grunge y ojos tan
brillantes como de una caricatura japonesa cuando dibujan a las caricaturas
japonesas con ojos brillantes, en esos ojos tan expresivos me podía imaginar
reflejándome entera en sus pupilas dilatadas a la luz de una romántica vela.
Esa sensación de rodillas temblando es algo que recuerdo muy bien, porque fui
tremendamente cobarde como para ni siquiera hablarle ni preguntarle su nombre.
Era obvio que íbamos a la misma escuela, porque ambos nos bajábamos del camión
al mismo tiempo dirigiéndonos a donde mismo, pero yo siempre caminaba despacito
para que él se adelantara y me dejara seguirlo con la mirada mientras suspiraba,
me limpiaba la baba y me imaginaba que tal vez, algún día no muy lejano, se
daría la vuelta a medio camino, correría a mis brazos, me besaría
apasionadamente, y me diría al oído: - yo también estoy enamorado de ti,
mientras sonaba algún fondo musical como el de ponían en las escenas de Terry y
Candy… (suspiro)
No es una escena lésbica, arriba de melena café es Terry, abajo es Candy. Antes me gustaban los chicos con pelo...y largo. |
En ese corto trayecto a la puerta de
la escuela, fueron muchas veces las que tropecé con los transeúntes mientras mi
miente divagaba. Tantas, que el departamento de tránsito consideró seriamente
poner una imagen amarilla señalizando “ Peligro: cruce de Emmy enamorada”, así
como pone las imágenes de “vacas en el camino” a media carretera.
Para mí todos los días era la misma
rutina, pero él no todos los días abordaba el camión, supuse que su horario era
diferente al mío y que solo tomaba clases por la tarde algunos días de la
semana. Mi costumbre era siempre la misma al verlo: suspirar, entrecerrar los
ojos, enviarle besitos con el pensamiento, e imaginar que nos conoceríamos, nos
haríamos novios, nos casaríamos, tendríamos dos hijitos y una casa en los
suburbios con un jardín hermoso. ¿? Así es, en aquel entonces yo todavía creía
ilusamente en el matrimonio.
Evidentemente mi imaginación volaba,
y mi mente divagaba cada vez que pensaba en ese chico. Pero a esas absurdas reacciones
las considero normales cuando me encuentro en un estado de
“enamorapendejamiento”
La rola que me recuerda a ese muchacho:
La rola que me recuerda a ese muchacho:
Sucedió un día en la escuela que por
fin se me acercó para regalarme un par de ligas con las que podía hacerme unas
coquetas trenzas en el pelo porque hacía calor y había olvidado llevar un
broche. A penas tuvimos tiempo para platicar, y ni siquiera le pregunté su
nombre, y si acaso me lo dijo se me olvidó, en mi evidente estado de
enamorapendejamiento saber su nombre no me pareció una prioridad, lo importante
era que por fin me había hablado y algún día mis sueños insanos y psicóticos
sacados de un capitulo de Candy Candy se concretarían.
Al día siguiente no lo vi en el
camión, pero lo encontré mas tarde en la escuela, y para mi sorpresa me pidió
ser su novia, no recuerdo si fue entre la clase de biología y la de historia
que nos cruzamos casualmente en el pasillo… a estas alturas de mi vida los
recuerdos son borrosos. Lo que sí recuerdo es que por la tardenoche casi lo
devoré a besos y eso era lo único que importaba, hablar no era una prioridad
porque nuestras bocas evidentemente estaban demasiado ocupadas.
Al día siguiente sucedió… estaba
abrazando como un pulpo a mi flamante nuevo novio, en la puerta de la escuela y
ví entrar al “chico circuito exterior”… y yo me quedé así como que ¡what! ¿qué
pedo?... porque resulta que en el estado
de enamorapendejamiento, mi mente me jugó una mala pasada y me di cuenta que
seguía enamorada del mismo chico, pero estaba con otro muy parecido, tan
parecido como un clon, pero un clon de película, pirata y en región 4.
Total que me quedé como estaba, con
el chico “región 4”, pero en mis planes solo sería por poco tiempo. Y estuvimos
juntos como siete años. Después me daría cuenta de que no era yo la única que
llegó a confundirlos, porque en una ocasión mi novio recibió felicitaciones por
la manera de tocar la guitarra… y lo único que sabía de guitarras es que las
tocan los grupos de rock. Resulta que el chico “circuito exterior” había hecho
varias presentaciones y a quien le estaban adjudicando el crédito era mi novio
región 4.
Es inevitable que pasen cosas
extrañas y que por esos sucesos cambiemos nuestros planes. A veces he esperado
y las cosas no suceden, a veces el destino me sorprende y lo único que quiero
es que alguien me diga dónde demonios queda la oficina de reclamaciones para ir
a presentar mi queja.
Después de mucho tiempo de estar con
mi novio “clon de película pirata en región cuatro”, en una reunión de amigas
una de ellas que se supone leía las cartas, me vaticinó al arrojarme la baraja que
yo no me casaría con mi novio en turno, que en mi actual estado darketo conocería
a alguien alto de cabello largo y barba cerrada que terminaría con mi relación
actual… Irónicamente esa misma noche conocí a un chico que me cautivó
enseguida, su pelo largo y su porte de vampiro me enamoraron inmediatamente, pero
más me enamoró el rollo que me aventó, porque en cuanto nuestros ojos se
encontraron bajo el cielo estrellado el silencio nos envolvió y todo quedó
atrás, solo existíamos él y yo. Susurrando en mi oído me dijo con una voz
varonil y al mismo tiempo tierna: -Oh, Princesa mía, ¿Dónde has estado todo
este tiempo que te he buscado tratando de encontrarte?, acaso oculta en la
torre más alta del castillo, asediada por dragones y temerosa de tu suerte?, no
temas he llegado a tu rescate.
A lo cual yo contesté: -oh, príncipe mío,
aquí estoy, esperando tu llegada, deseando que me liberes de estas ataduras y
me lleves a lo profundo del bosque a tu morada para hacerme tuya y fundirnos en
una sola alma por toda la eternidad.
Después de quitarnos los colmillos,
literalmente hablando, nos besamos por toda la noche, o lo que quedaba de ella.
A las dos semanas ya estábamos viviendo juntos y yo ya había terminado la relación
con mi novio de tantos años “clon de película pirata región cuatro”.
En ese momento comprobé la teoría de
que “verbo mata carita”, aunque pensándolo bien, cualquier verbo mataría esa
cara de talibán que se carga. Yo creí que ese “príncipe” se convertiría en El
Sapo, pero no. Se convirtió en La Vaca.
No hace falta decir como terminó esa
historia. Cualquiera hubiera jurado que estábamos predestinados a ser el uno
para el otro… diez años después de jugar al caballero andante y la princesa del
cuento, la última de nuestras peleas se
pondría tan intensa que terminaríamos aventándonos hasta la secadora, pero la
secadora de ropa.
La culpa la tiene el inexorable
destino que nos maneja a su antojo, y ante eso poco podemos hacer, pues las
cuatro opciones que tenemos solo son tres: reír y llorar, o en su defecto
terminar enloqueciendo para ser un psicótico triste o ser un psicótico alegre.
Pasó el tiempo, y hace como cuatro
años conocí de pura casualidad a un simpático chico. Lo único que le di fue mi
dirección de Hotmail, ni siquiera estaba interesada en conocerlo, de hecho, aún
vivía con La Vaca. Todavía recuerdo que hasta hace dos años, esporádicamente le
mandaba algún correo para pedirle información, y veía con descrédito su mensaje
en el MSN “live fast, die young”. El año pasado le quedé muy mal cuando me
invitaba a jugar squash, y aún así me siguió hablando. Estuve a punto de
cancelarle a principios de este año cuando me invitó una miche, pero mi
borracho interior me dijo que debía ir. Ahora ya no lo veo con descrédito, ahora suspiro y me revolotean las
polillas en la panza cuando pienso en su nombre y me acuerdo de su mirada de
ojitos de regalo.
No quiero pensar en el futuro, solo
quiero disfrutar mi vida fluyendo.
Hace muchos años soñaba con un
matrimonio, un marido guapo, casa en los suburbios y dos hijos hermosos que al
crecer se convertirían en doctores exitosos (Christian Axel y Christopher Kurt,
pobres niños, con esos nombres, que bueno que no nacieron)… ahora mis sueños se
concretaron en una casa hermosa, una hija más que hermosa, un viaje a las
europas y mi postgrado que estoy cerca de terminar. Pero mis sueños siguen, hay
muchos lugares que quiero conocer y muchas cosas que deseo hacer. El matrimonio no aparece en mis planes,
cuando pienso en eso toco madera, si acaso menciono la palabra “marido” corro a
lavarme la boca con jabón y otro embarazo sería para mí como una pesadilla
hecha realidad.
Ya no estoy a la expectativa, mi
nueva motivación es “construír para disfrutar”. Más que el final “feliz”
prefiero gozar el trayecto. Me he percatado de que lo más maravilloso es el
camino que se recorre, tal vez al final haya un gran premio, pero si no lo hay,
me quedaré con la felicidad que me brindó recorrer el camino con gusto.
La rola de hoy… el video de hoy, no
lo escuches si no quieres, pero no dejes de verlo.
Jaja y yo soy la curis jaaja esto explica muchas cosas
ResponderEliminarameyalli
Jajajaja... Bueni, Bueni! Como cada jueves. Lo de la vaca en lugar de sapo para morir de risa!
ResponderEliminarHasta hoy pude leerte Emy,eres genial,tienes esa magia de transportarme cada jueves, incluso a lugares que ni conozco, y te juro que hasta suspiré en el (suspiro) jajaja.
ResponderEliminarP.D.Cada que comento,olvido escribir quien soy.
ResponderEliminaraqui sta: Lucy Luna.
Hey! me preguntaba cuando hablarias de ese chico tan guapo.
ResponderEliminarQue ha sido de el?
Emmy eres genial!!! definitivamente buscare el depto. de quejas y si doy inmediatemente te aviso, TQ. Pao
ResponderEliminarJajajajaja no maaaaanches..! tu amor-chico-circuito-exterior-prepo-musico-talentoso-y-guapo es quien estoy pensando..? Jamás me lo hubiera imaginado..!
ResponderEliminarY bueeeeeno lo del clon región 4 ni pa que dudarlo..! Ay Emmy..! como siempre muy buen post..!