miércoles, 18 de julio de 2012

¿es mejor vivir sola?


Por fin casa, casa para mi solita aunque sea en renta, pero no más batallar, no más escaparme y descolgarme por la cerca, no más pedir perdón (es que ya ni pedía permiso porque nunca me lo daban). No más perderme de fiestas y reventones. Bienvenidos todos, mi casa es su casa.



Llegué a la “Casa Azul”, así fue como la bautizaron mis amigos. Y llegué con un sleeping bag, mi ropa, mis libros, mi guitarra y mi tele con VHS integrado. Nada de muebles, nada de lujos. Y no me importaba, ya que nunca más escucharía el fastidio de las limitaciones de mis papás: No quiero que hagas fiestas en la casa. Debes llegar a casa antes de las diez de la noche. No tengas la tele, el radio y la luz prendida al mismo tiempo. Apaga el calentador cuando te bañes y no te tardes en la regadera, hay que ahorrar agua. No dejes trastes sucios en la cocina. Limpia tu tiradero. Ayúdanos a quitar la maleza que crece en el jardín. Saca la basura… Que molestia!!! Son unos exagerados!, no le ven la diversión a la vida, siempre fregando con haz esto, haz aquello, limpia, acomoda, lava, organiza…blah blah blah y la frase que más me chocaba escuchar: -ésta es mi casa y vives bajo mis reglas, el día que tengas tu propia casa harás tus propias reglas.



Todo ese fastidio fue uno de los motivos de mas peso para que me consiguiera una casa para mi solita, y una vez la tuve todo era bello, todo era hermoso, podía, salir a la hora que quisiera, con quien quisiera y a donde quisiera, invitar a quien me diera la gana y hacer lo que se me antojara, levantarme a la hora que se me quitara el sueño, limpiar cuando yo lo decida, no cuando me lo ordenan. Y así fue:



Para empezar mi libertad, hice una peda de inauguración… no se quien llegó a mi casa, ni a que horas se fueron, tampoco supe quién incendió las cortinas, ni quien vomitó en el closet. Ni idea de quien grafiteó a mi gato. No supe en que momento alguien intentó suicidarse ahorcándose de la regadera con la cortina de baño. Encontré a un individuo perdido de borracho en el patio y por la posición en la que lo encontré, supuse que se había quedado dormido mientras hacía yoga. Maldigo la resaca, y maldigo la nosequecosa pegosteosa y asquerosa que hace que se me peguen los zapatos al piso, maldigo el tiradero de bachichas que dejaron por todos lados, los vasos con bebidas a la mitad…¿Qué $&%/$#  tomamos? Huele peor que el benceno. Con eso de que los cuates invitados son “catadores universales” no dudo que para exacerbar los efectos le hayan puesto anticongelante, diesel o fogatol al agua loca.



Regla Numero uno: A partir de este momento, queda terminantemente prohibido hacer fiestas en mi casa. Ya no invitaré gente a mi casa, y mucho menos a ponerse pedos. Ps que se creen?? Vienen y dejan su desmadre, y la que tiene que limpiar soy yo. Todavía les presto la casa muy amablemente y tienen la indecencia de hacerme una bacanal, yo ni siquiera me divertí tratando de cuidar que no me hicieran destrozos y de todas formas me hicieron su cochinero. Ni piensen que mi fiesta de 19 años será en mi casa, ni madres!!



Me hubiera gustado hacer la fiesta en la casa de mis papás e invitar a todos mis amigos, pero es mejor vivir sola. La segunda semana en lugar de hacer la party en mi casa, mejor nos trasladamos a la casa de un pobre incauto, a quien la peda le dejaría como recuerdo un enorme tiradero que limpiar.



Estudiaba la universidad en el turno nocturno y cuando vivía en la casa de mis papás, solo tomaba un camión y llegaba directamente al parque a echar relajo con mis cuates de la cuadra, lo que le ocasionaba muchos problemas a mi papá porque se me iba el tiempo y llegaba a la casa hasta las once. Ahora que vivo en otro lado tengo que salir de la escuela e irme corriendo al camión antes de que me deje el otro camión que tengo que tomar, porque de lo contrario tengo que pagar taxi y mi economía no está para eso. Extraño a mis cuates de la cuadra, pero es mejor vivir sola que en la casa de mis papás… Regla numero dos: Tomar el camión temprano para llegar minutos antes de las diez, de lo contrario tendré que gastar en taxi y mejor prefiero con esa lana comprarme unas quesadillas de pastor para cenar en casa.



Llegando a la casa y no había luz. Ok, que no cunda el pánico, no tarda en llegar. Oscurece, no hay luz y la oscuridad no me da miedo, lo que me da miedo es no poder ver la tele, y no es miedo, es pánico. Lo mas raro es que los vecinos sí tienen luz ¿? $%&dita sea olvidé pagar el recibo de la luz!!  Ok, ok, me quedé sin luz, pero es mejor vivir sola.



El casero me encargó mucho el pago, y entre mi tiradero no supe donde dejé el recibo y cuando llegué a la CFE, me dijeron que el total a pagar es de $450…



Regla numero tres “Ahorro de energía”: En esta casa se apagan todas las luces, no se prende el radio y la tele al mismo tiempo y en cuanto tenga una lana, compraré focos ahorradores. No tengo ni idea de cuanta luz “jala” el ampli de la guitarra eléctrica, pero a partir de este momento quedará prohibido cualquier tipo de ensayo “inofensivo” que utilice electricidad.



Como medida precautoria establecí la regla numero cuatro: para no pagar tanto de agua, comenzaré a cerrar la regadera mientras me enjabono y reduciré el tiempo de mi ducha de una hora y diez a solo diez minutos, cerraré la llave cuando me lave los dientes, usaré el agua del enjuague de ropa para limpiar el piso y echarle al baño. Aprovechando, para no gastar tanto gas que es carísimo establecí la regla numero cinco: me levantaré temprano para prender el calentador solo durante quince minutos, en lugar de dejarlo encendido las veinticuatro horas del día.



asi me hubiera gustado verme al bajar
por la escalera, con una marcadora
en lugar de un zapato
Extraño la comida de mi mamá… pero es mejor vivir sola. Por la noche tenía pesadillas, los tacos, tortas con queso y tamales que llevaba a casa para la cena eran los culpables,  me los tenía que acabar porque no tenía un refri para guardar los sobrantes, ni un micro para el recalentado. Una noche de esas, un ruido extraño me trajo desde mi quesadilla en la calle del infierno hasta la fatídica realidad… se oía en el piso de abajo algo así como un rasguño y una especie de gruñido, también percibía como un “scratch, scratch”, el ruido era muy peculiar, como las navajas de Freddy Kruger sobre un plato de cerámica, como un chirrido penetrante… Dios mío, hay un loco que ha venido a matarme!!!. Poniendo más atención me di cuenta de que el sonido venía claramente de la cocina, de la tarja para ser exacta. Me levanté y me percaté de que mi gato no estaba junto a mi y pensé: - habrá salido a cazar ratones… ratones??? Dios! ese sonido se escucha como una rata royendo los platos sucios que tienen casi una semana!! Y mi gato?? Bien gracias. Con harta precaución bajé las escaleras muy bien armada con un zapato… recordemos que no tenía muchas cosas con las cuales defenderme y en ese momento hubiera dado mi reino por una marcadora con gas y hartas balas de pintura. En la casa de mis papás no había esos peligros, pero es mejor vivir sola. En cuando encendí la luz, vi cómo un roedor saltaba desde la tarja hasta el piso. Casi muero porque no tenía ni una silla a la cual saltar como una loca.



Regla numero seis lavar los trastes: por precaución tengo terminantemente prohibido dejar un solo plato sucio… mas que miedo, le tengo asco a las ratas.



La experiencia ya descrita me llevó a la regla numero siete: limpiar mi tiradero. Al darme cuenta de que extravié el recibo de luz, que mis tres tristes platos estaban perdiendo la gracia en la tarja, que había descuidado el patio y ahora tenía toda una jungla en la parte de atrás, y que el desorden era solo mío porque nadie mas (a parte de mi gato) vivía ahí, supe que tenía que reorganizar el feng “chuy” para mantener el equilibrio e implementar un programa de 5 eses antes de que se me junten cinco heces en la caja del gato.





Aunque mi mamá no esté para ayudarme a limpiar, es mejor vivir sola. Puse manos a la obra y descubrí que el olor raro, como a “rancio” que de repente percibía en la casa era debido a un taco de tripas echado a perder que alguien me dejó en un cortinero como recuerdo de la peda de inauguración. Para prevenir las ratas, hice la regla numero siete: quitar con mis propias manos la jungla de malas hierbas que tenían ahí ya un buen rato. Extraño la podadora de la casa de mis papás, pero es mejor vivir sola. Al terminar la limpieza amarré tres bolsas con basura para sacarlas después… No contaba con que mi gato Angst era muy inquieto, y para calmar su aburrición se daría a la tarea de despanzurrar las bolsas y regar su contenido por toda la casa.



Regla numero ocho: la basura se saca todos los días y aunque tenga que perseguir al carretón, no me volveré a quedar con bolsas en casa.



Fatídica conclusión: Irónicamente, las reglas en mi casa eran las mismas reglas que en la casa de mis papas. Y ni siquiera me quedaba el orgullo de decir que las reglas en mi casa eran creación propia, porque se las había pirateado a mi papá. Es mejor vivir sola ¿?, porque ni siquiera podía volver a casa de mis papás. Antes de irme mi madre me advirtió muy claro: -salida la mercancía, no se aceptan devoluciones.



La rola de hoy: la rola que le dediqué a mi mamá mientras quitaba las hierbas y maldecía mi suerte… i´m hungry, i´m dirty, i´m losing my miiiiiind, eeeevery thing is fiiiiiiiiine.




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