jueves, 10 de mayo de 2012

Mamá, Madre, Mami, Amá: Jefa.



Aunque muchos lo duden, yo sí tengo madre, y podría decir que mi Madre es tierna, amorosa, cariñosa, extremadamente maternal y muy afectiva, pero no, no lo es. Ella es pragmática, directa, poco ortodoxa, creativamente sencilla y posee un ingenio muy agudo.

Mi Madre me enseñó a tejer con gancho y agujas, coser, bordar, cocinar muy bien, hacer postres exquisitos, limpiar la casa, mantener las cosas en orden, guardar un perfecto equilibrio entre la apariencia y la comodidad, entre la libertad y la discreción, a hacer mis tareas impecables, lavar la ropa sin percudirla y poner la mesa entre otras cosas… que ya se me haya olvidado cómo hacer todo lo anterior es diferente.

 
Es de admirar el hecho de que ella haya aceptado tener y criar a cuatro hijos, (aún a sabiendas de que yo soy un Engendro del Demonio), porque yo con una sola hija que tengo, quien por cierto es una lindura, estoy que no me la acabo.

Mamá y yo nos graduamos al mismo tiempo, el mismo dia, el día en que ella cumplió 21 años recibió su título de mamá, y yo naciendo de su vientre me gané el titulo de hija y de “la bebé que por poco nace en el pasillo”. Y es que mi mamá que no tiene madera de mártir, y no le gusta para nada dar lata, esperó hasta el último minuto para ingresar al hospital a dar a luz.

Cuando nací no me entregaron con el instructivo de uso, pero sí con muchos defectos de fábrica. Yo, como la  primera de sus hijas fui la receptora de todo su amor y cariño, y también la que mas canas verdes le ha sacado.

Los primeros dos años de mi infancia fuimos felices las dos, ella me cuidaba, me apapachaba, pasaba todo su tiempo conmigo y todo fue perfecto hasta que llegó mi hermano a usurpar mi trono. A partir de ahí yo libré una lucha encarnizada y sangrienta contra mis hermanos para seguir siendo la hija favorita de mi mamá y captar toda su atención, cosa que nunca he logrado porque nos quiere a todos por igual. Inclusive a los 14 años, se manifestaron mis enfermizos celos cuando mi mamá nos dijo que estaba embarazada por cuarta vez. Mientras mi papá y mis hermanos saltaban de júbilo, yo le dije histéricamente y rechinando los dientes: "-Embarazada???, pues que no te cuidaste??"

Mi Mamá es muy lista, tuvo el suficiente ingenio y agilidad mental para salir avante cuando la asediaba haciéndole preguntas embarazosas en los momentos menos oportunos. Como cuando tenía ocho años y yo le pregunté a mi madre para qué son los condones. Ella firmemente me contestó: “-para evitar enfermedades venéreas”. Esa respuesta me inquietó para que dejara de preguntar, porque no conocía ese término y temía que me estuviera diciendo algo que pusiera de manifiesto mi ignorancia por el aplomo con el que ella me dio una respuesta rápida y sin nerviosismo, aún estando formadas en la fila para el banco, el cual, estaba atascado de gente.


Mi Mamá siempre estuvo al pendiente de mi, llegó un momento en el que juraba que tenía un detective privado siguiéndome la pista para donde quiera que yo iba, ya que mi madre estaba excelentemente bien informada de mis movimientos: a dónde me iba de pinta, qué bebidas tomaba, con quién le quemaba las patas al chamuco, cuál era el galán en turno, qué peleas tuve con mis amigas, materias reprobadas, reportes a la dirección y los sentimientos mas oscuros que había escrito en mi diario, el cual estaba segurísima que no leía, ya que lo guardaba de tal forma que podía saber si alguien se atrevía a hojearlo. Durante mucho tiempo supuse que mi madre le hacía a las malas artes de la adivinación y el espiritismo, me la imaginaba frente a la bola de cristal viendo claramente cada una de las vergonzosas acciones cometidas en mi “alcoholescencia”. Hasta que un día mi hermana me develó el intrigante misterio: la informante numero uno era yo misma. Mi mamá se sentaba a mi lado cuando recién me quedaba dormida y solo bastaba que me preguntara cómo me había ido en el día para que yo, entre sueños y en voz alta, le revelara los secretos mas sucios de mi alma.

Admiro a mi Madre porque es todóloga: especialista en limpieza, nutriologa, chef, cocinera, mesera, lava loza, animadora, cantante, artista, chofer, mecánica, niñera, huesera, enfermera, organizadora de eventos, contadora, administradora,  secretaria, jardinera, fontanera, albañil, electricista, compradora personal, mucama, maestra, consejera psicóloga, estilista, masajista, asesora de higiene dental, paseadora de perros, veterinaria, directora de proyectos, agente de viajes, guardia de seguridad, guardaespaldas, diseñadora de interiores y hasta puede ver el futuro: “-ya ves, Emmy? Te lo dije, yo te lo advertí”.

Mi Mamá se preocupó por mantenernos sanos y alejados del ocio, nos llevaba a clases por la tarde para activar nuestros cuerpos y nuestras mentes. Nos preparaba gelatinas, pan integral y yogurt, siempre tuvo productos saludables en la despensa (y la fruta del frutero de encima de la mesa siempre ha sido de verdad, no de plástico), para ver películas nos daba palomitas pero no de microondas: compraba el maíz y lo hacía reventar en una cacerola con aceite.

Mi mamá con Fátima mi prima.
Todos los dias por la mañana nos preparaba desayunos saludables para que nos fuéramos bien alimentados a la escuela: a las 5 de la mañana prendía el extractor de jugo y colocaba una por una tres kilos de zanahorias. Muy consentidora mi Madre nos gritaba (maquiavélicamente) entre el ruido del extractor: “-si quieren se pueden dormir otro ratito en lo que yo les hago el jugo”. A los dos minutos de iniciado el “swiiiiiiinn, swiiiiiiiiin” del extractor, mis hermanos y yo ya estábamos de pie, histéricos y peleándonos para entrar primero al baño.

Algo que le reconozco mucho a mi Mamá es el ahínco con que me enseñó a andar en bici. Tenía yo como trece años y decididamente le pedí que le pusiera rueditas a la bicicleta deportiva de mi hermano para animarme a subirme. En vez de eso, me trepó y anduvo correteándome una hora. Yo terminé temblando de miedo y ella con las manos ampolladas. Hasta la fecha sigo sin subirme a una bici si no está mi mamá presente, a menos que mi vida esté en riesgo.


Mi Madre siempre ha estado conmigo en las malas, en las peores y en las más gachas, si bien para regañarme, pero ha estado presente en mi vida. Aunque yo no quiera que se entere de mis problemas siempre tiene la agudeza para observar y deducir los motivos que me aquejan.

Cuando me fui de casa no dijo nada, supuse que había respirado aliviada por el hecho de ya no tener que lidiar con mi bipolaridad y mi mal genio. Así lo hizo: respiró tranquila, total yo ya tenía la libertad para hacer mi propia vida. Sus preocupaciones comenzaron cuando supo que había cambiado a mi novio–vaca  por una vaca-novio, y no cualquier vaca-novio, había que ver qué tipo de vaca-novio. (ahora que lo veo en retrospectiva, a mi también me hubiera dado pavor que mi hija se involucrara con un tipo así.)
  


Luego regresé con mi Mamá, no una vez, fueron como cuarenta: extrañamente me sentía mejor en su casa que en mi propia casa, caí nuevamente al lugar del que estaba huyendo, llegué a pensar que mi problema era una severa inconformidad conmigo misma, la cual me impedía encontrarme tranquila sea cual sea el lugar donde estuviera viviendo. Consideré la opción de tomar terapia para lograr mi auto aceptación y autoestima… hasta que comprendí  que la verdadera razón por la cual me gustaba regresar a casa de mi Mamá era porque ella sí tiene una casa amplia y fresca, T.V. por cable, pantallas de 46” internet y un refri siempre lleno de comida.

Mi Mamá no es perfecta, pero trata de siempre hacer lo que a su juicio es más conveniente (aunque no parezca así). Y lo sé ahora porque yo también soy mamá.

La rola de hoy, el tono con el que me tiene mi Mamá en su celular, así suena cada vez que le llamo:


2 comentarios:

  1. Ameyalli (tu hermana... o cual otra conoces???)15 de mayo de 2012, 20:37

    ponla en la computadora a a mi mama que lo lea dile le vas a enseñar un correo sobre superacion personal y LISTO!!!!

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    1. No creo, ya dejó muy en claro la opinión que tiene sobre mi blog y sé por sus comentarios de que soy una pésima escritora, que al escribir estoy perdiendo vilmente mi tiempo. Si la pongo enfrente de mi compu y le digo que es algo de superación personal, en cuanto vea que es mi blog me aventará una chancla, y la lap también. No gracias, no me quiero arriesgar.

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