No siempre puedes
obtener lo que quieres… pero si tratas
algunas veces obtienes lo que necesitas.
Sí, ya sé que le
pirateé la frase a Mick Jagger, y estas dos últimas semanas estuve pensando
(sí, estuve dos semanas pensando, por increíble que parezca), en las cosas que
he querido y no he podido tener, y en lo que he obtenido a cambio.
Tuve experiencias
gratas y sorprendentes. Pasé por situaciones que nunca fueron perfectas y me
incomodaron en algún momento. Sin embargo obtuve muy buenas cosas de esas experiencias.
Y algo que me quedó claro es que ante las carencias debo improvisar, hay algunos
sucesos ya las platiqué en posts anteriores:
Siempre quise que
el chico “circuito exterior” fuera mi novio, sin embargo me quedé con su clon
pirata región 4. Estuve con el clon por muchos años y en mi resignación aprendí
que un hombre puede ser menso y lindo al mismo tiempo, más menso que lindo,
pero lindo a final de cuentas. Espero que por su bien se le haya quitado lo
menso, y si no se le quitó, pues que por lo menos siga conservando lo lindo.
Quise ser libre y
vivir fuera del yugo de mis padres, y la situación se tornó caótica y sumamente
depresiva, sin embargo, algo que puedo rescatar del asunto es que aprendí
muchas cosas que trae consigo el “volverse independiente”, no estoy hablando de
la responsabilidad y la supervivencia, no, eso aún estoy tratando de
aprenderlo. Yo me refiero a que aprendí cosas que en casa de mis papás no hacía
porque mi mamá siempre lo hizo todo por mi: prender el calentador, lavar la ropa,
lavar los trastes, limpiar la casa, cambiar focos fundidos, planchar (la ropa,
lo otro ya lo sabía) y hacer de comer.
Quiero mucho,
mucho, mucho, mucho a Goyo, lo tuve un corto tiempo, luego su dueño pasó por
él, después me lo “volvió a prestar”, y un día finalmente su dueño llegó a mi
casa, tuvimos un cotorreo, me puso peda y se lo llevó. No tengo nada en contra
de que haya llegado a mi casa, ni que hayamos cotorreado un rato, y mucho menos
me molesta que me haya puesto peda, lo único que me dolió fue que se llevó a
Goyo y ya no me volvió a hablar. Así es: antes le mandaba mensajes a Goyo, y me
contestaba guau guau guau, ahora ya ni me contesta los mensajes, supongo que su
dueño le cortó las uñas o de plano le castigó el nextel.
Que Goyo se haya
ido dejó un espacio vacío en mi corazón y en mi patio. Sin embargo, de no
haberse ido Goyo, ese espacio no hubiera podido ser llenado con mi nuevo
amorsh: Ruperto Delgado. Así es, mi amorcito Rupertito, a quien llamo “Tito” de
cariño, y ha pasado a ser parte de la familia, porque tengo a mi Hija Emmy y a
mi Hijo tito.
Gracias a Mi La Re Sol , ahora
tengo a Tito en mi vida.
Hablando de hijos,
yo juraba que nunca de los nuncas, jamás
de los jamases me iba a embarazar y resulta que aunque yo estaba tomando pastillas
anticonceptivas, mi hija vino al mundo como por obra del mismísimo Jesús. Sí:
del mismísimo Jesuspisto, que así es como apodan a La Vaca.
Jesuspisto “La
Vaca ” Paez y Aöede “Memé” Paez.
Tener una hija me
ha dejado muchas satisfacciones, y me ha enseñado muchas cosas. Nunca pensé en
llegar a querer a alguien con todo mi corazón, lo que siento por ella es la
prueba de que en algún oscuro rincón de mi ser existe un corazoncito capaz de
amar, por insólito que parezca. Bueno, hay quienes me dicen que resignadamente lo
más conveniente es amarla, porque es más fácil que regresarla por donde vino.
Hace algunos meses
pelee con uñas y dientes por una vacante, corrijo, por una jugosa vacante en el
área de capacitación de una re-conocida firma de outsourcing de administración de personal. De haber
conseguido ese puesto habría salido de pobre en menos de un año. Me desinflé
como globo cuando me avisaron que después de numerosas pruebas psicométricas, (las
cuales determinaron que no estoy loca), y después de varias entrevistas con los
tres individuos que serían mis jefes, no quedé seleccionada. Pero me desinflé
todavía más cuando descubrí que habían escogido para el puesto a… la más
nalgona. Todo el malestar desapareció cuando supe que tanto a la nalgona como
al despacho los desaparecieron del mapa en menos de un mes… así es, todo era
una estrategia de mercado para que fueran contratados por una conocida compañía
que se vino a manufacturar al puerto interior, y como el outsourcing no fue
seleccionado como proveedor de confianza, pues tuvieron que mandar a la burguer
a todo el personal recién contratado, incluyendo a la nalgona. En este punto,
agradecí no haberme movido de mi “mediocre” puesto de Inhumana Jefa de
Recursos, o Jefa de Recursos Inhumanos que pa´l caso es lo mismo.
La frustración es
parte del proceso normal de crecimiento y aprendizaje. Si nunca has sentido
frustración te explicaré que se siente como un hueco en el estómago que carcome
el alma y crea un vacío. Con esta explicación podría decir que la frustración
es la gastritis del alma. Éste dolor que deja la frustración, solo puede ser aliviado tomando venganza o tomando
alcohol… con esta explicación, podría decir que el alcohol es el melox del
alma.
Sin embargo, en el
proceso normal de convertirse en un adulto, ese sentimiento de frustración que
se siente como fracaso, infortunio, pérdida o desgracia,(lo cual no es nada
agradable), se maneja de una forma madura para llegar a convertirlo en una
motivación que impulse al logro de una meta, que puede ser superar la razón del
evento frustrante.
Cuando yo todavía
no llegaba al proceso adulto de maduración, hacía berrinche. Bueno, la verdad es que todavía no
llego al proceso adulto de maduración, y no me importa. Pero como ya no hago
berrniche llorando y pataleando, solamente me resigno, y con esta explicación
podría decir que la resignación es el Genoprazol del alma.
¿Tengo lo que necesito?
Podría decir que sí. Creo en este momento que todo lo que tengo, lo tengo bien
merecido, tanto lo bueno como lo no tan bueno, pero también sé que podría tener más cosas
buenas si tan solo me esforzara un poco más.
Pero como eso del esfuerzo
últimamente no se me da, pues no me queda de otra más que sentirme tranquila y
satisfecha. Ver a los demás me ha abierto los ojos para valorar lo que tengo y
no hay motivos suficientes para quejarme.
¿Satisfacción o
resignación? He pensado también que me siento agradecida por muchas cosas
porque no me queda de otra… pero como dice mi compadre Maleno: “podría ser
peor”: ¿que me pongo muy intensa? Podría ponerme mas intensa. ¿Qué estoy muy
gorda? Podría estar más gorda. ¿Qué estoy borracha? Podría estar más borracha…
Así es, éstas dos
últimas semanas estuve pensando, pero porque no me queda de otra: cuando no
tengo lo que quiero filosóficamente reflexiono que a final de cuentas tengo lo
que necesito… a ese proceso se le llama vil y cruel resignación.