miércoles, 25 de julio de 2012

sur prais!!!


Muchas cosas vienen sin esperarse, la mayoría supongo. John Lennon dijo alguna vez que la Vida es aquello que va sucediendo cuando estás ocupado haciendo otros planes. Alguien mas dijo: ¿quieres hacer reír a Dios?, pues cuéntale tus proyectos.

Este fin de semana recordé muchas cosas que he vivido y  han terminado diferentes a las expectativas que me había formado. Por lo anterior he llegado a la conclusión de que es necesario no formarme expectativas porque al final todo resultará diferente.

Un suceso de este fin de semana me recordó que hace unos años me enamoré… Dios! Esa sensación de mariposas en el estómago, y esa inexplicable felicidad…el amor, que es como una droga, por lo cual, insisto, deberían prohibirlo.

Prosiguiendo: me enamoré, de verdad me enamoré del chico del “circuito exterior”. No del chofer, ni del ayudante que cobraba los boletos…¿ayudante? Si, tenían ayudantes, eso fue antes de que existiera el “pagobus”, osea hace como escasos diecisiete o dieciocho años (si, ya sé que ya estoy vieja).

En ese entonces estudiaba la preparatoria, era prole (hasta la fecha) y todos los días abordaba el camión para ir a la escuela, el famoso “circuito exterior” que le daba la vuelta a toda la ciudad y que ahora se convirtió en la ruta X-53, conservando sus dos versiones: Trojes o San Miguel. Al abordar el camión, solo me bastaba con agarrarme bien para no caerme y esperar cuatro paradas más, para ver si se subía el objeto de mi afecto: ese chico con pelo largo, facha grunge y ojos tan brillantes como de una caricatura japonesa cuando dibujan a las caricaturas japonesas con ojos brillantes, en esos ojos tan expresivos me podía imaginar reflejándome entera en sus pupilas dilatadas a la luz de una romántica vela. Esa sensación de rodillas temblando es algo que recuerdo muy bien, porque fui tremendamente cobarde como para ni siquiera hablarle ni preguntarle su nombre. Era obvio que íbamos a la misma escuela, porque ambos nos bajábamos del camión al mismo tiempo dirigiéndonos a donde mismo, pero yo siempre caminaba despacito para que él se adelantara y me dejara seguirlo con la mirada mientras suspiraba, me limpiaba la baba y me imaginaba que tal vez, algún día no muy lejano, se daría la vuelta a medio camino, correría a mis brazos, me besaría apasionadamente, y me diría al oído: - yo también estoy enamorado de ti, mientras sonaba algún fondo musical como el de ponían en las escenas de Terry y Candy… (suspiro)
No es una escena lésbica, arriba de melena café es Terry, abajo es Candy.
Antes me gustaban los chicos con pelo...y largo.

En ese corto trayecto a la puerta de la escuela, fueron muchas veces las que tropecé con los transeúntes mientras mi miente divagaba. Tantas, que el departamento de tránsito consideró seriamente poner una imagen amarilla señalizando “ Peligro: cruce de Emmy enamorada”, así como pone las imágenes de “vacas en el camino” a media carretera.


Para mí todos los días era la misma rutina, pero él no todos los días abordaba el camión, supuse que su horario era diferente al mío y que solo tomaba clases por la tarde algunos días de la semana. Mi costumbre era siempre la misma al verlo: suspirar, entrecerrar los ojos, enviarle besitos con el pensamiento, e imaginar que nos conoceríamos, nos haríamos novios, nos casaríamos, tendríamos dos hijitos y una casa en los suburbios con un jardín hermoso. ¿? Así es, en aquel entonces yo todavía creía ilusamente en el matrimonio.

Evidentemente mi imaginación volaba, y mi mente divagaba cada vez que pensaba en ese chico. Pero a esas absurdas reacciones las considero normales cuando me encuentro en un estado de “enamorapendejamiento”
La rola que me recuerda a ese muchacho:
Sucedió un día en la escuela que por fin se me acercó para regalarme un par de ligas con las que podía hacerme unas coquetas trenzas en el pelo porque hacía calor y había olvidado llevar un broche. A penas tuvimos tiempo para platicar, y ni siquiera le pregunté su nombre, y si acaso me lo dijo se me olvidó, en mi evidente estado de enamorapendejamiento saber su nombre no me pareció una prioridad, lo importante era que por fin me había hablado y algún día mis sueños insanos y psicóticos sacados de un capitulo de Candy Candy se concretarían.

Al día siguiente no lo vi en el camión, pero lo encontré mas tarde en la escuela, y para mi sorpresa me pidió ser su novia, no recuerdo si fue entre la clase de biología y la de historia que nos cruzamos casualmente en el pasillo… a estas alturas de mi vida los recuerdos son borrosos. Lo que sí recuerdo es que por la tardenoche casi lo devoré a besos y eso era lo único que importaba, hablar no era una prioridad porque nuestras bocas evidentemente estaban demasiado ocupadas.

Al día siguiente sucedió… estaba abrazando como un pulpo a mi flamante nuevo novio, en la puerta de la escuela y ví entrar al “chico circuito exterior”… y yo me quedé así como que ¡what! ¿qué pedo?...  porque resulta que en el estado de enamorapendejamiento, mi mente me jugó una mala pasada y me di cuenta que seguía enamorada del mismo chico, pero estaba con otro muy parecido, tan parecido como un clon, pero un clon de película, pirata y en región 4.

Total que me quedé como estaba, con el chico “región 4”, pero en mis planes solo sería por poco tiempo. Y estuvimos juntos como siete años. Después me daría cuenta de que no era yo la única que llegó a confundirlos, porque en una ocasión mi novio recibió felicitaciones por la manera de tocar la guitarra… y lo único que sabía de guitarras es que las tocan los grupos de rock. Resulta que el chico “circuito exterior” había hecho varias presentaciones y a quien le estaban adjudicando el crédito era mi novio región 4.

Es inevitable que pasen cosas extrañas y que por esos sucesos cambiemos nuestros planes. A veces he esperado y las cosas no suceden, a veces el destino me sorprende y lo único que quiero es que alguien me diga dónde demonios queda la oficina de reclamaciones para ir a presentar mi queja.

Después de mucho tiempo de estar con mi novio “clon de película pirata en región cuatro”, en una reunión de amigas una de ellas que se supone leía las cartas, me vaticinó al arrojarme la baraja que yo no me casaría con mi novio en turno, que en mi actual estado darketo conocería a alguien alto de cabello largo y barba cerrada que terminaría con mi relación actual… Irónicamente esa misma noche conocí a un chico que me cautivó enseguida, su pelo largo y su porte de vampiro me enamoraron inmediatamente, pero más me enamoró el rollo que me aventó, porque en cuanto nuestros ojos se encontraron bajo el cielo estrellado el silencio nos envolvió y todo quedó atrás, solo existíamos él y yo. Susurrando en mi oído me dijo con una voz varonil y al mismo tiempo tierna: -Oh, Princesa mía, ¿Dónde has estado todo este tiempo que te he buscado tratando de encontrarte?, acaso oculta en la torre más alta del castillo, asediada por dragones y temerosa de tu suerte?, no temas he llegado a tu rescate.

A lo cual yo contesté: -oh, príncipe mío, aquí estoy, esperando tu llegada, deseando que me liberes de estas ataduras y me lleves a lo profundo del bosque a tu morada para hacerme tuya y fundirnos en una sola alma por toda la eternidad.

Después de quitarnos los colmillos, literalmente hablando, nos besamos por toda la noche, o lo que quedaba de ella. A las dos semanas ya estábamos viviendo juntos y yo ya había terminado la relación con mi novio de tantos años “clon de película pirata región cuatro”.

En ese momento comprobé la teoría de que “verbo mata carita”, aunque pensándolo bien, cualquier verbo mataría esa cara de talibán que se carga. Yo creí que ese “príncipe” se convertiría en El Sapo, pero no. Se convirtió en La Vaca.

No hace falta decir como terminó esa historia. Cualquiera hubiera jurado que estábamos predestinados a ser el uno para el otro… diez años después de jugar al caballero andante y la princesa del cuento,  la última de nuestras peleas se pondría tan intensa que terminaríamos aventándonos hasta la secadora, pero la secadora de ropa.

La culpa la tiene el inexorable destino que nos maneja a su antojo, y ante eso poco podemos hacer, pues las cuatro opciones que tenemos solo son tres: reír y llorar, o en su defecto terminar enloqueciendo para ser un psicótico triste o ser un psicótico alegre.

Pasó el tiempo, y hace como cuatro años conocí de pura casualidad a un simpático chico. Lo único que le di fue mi dirección de Hotmail, ni siquiera estaba interesada en conocerlo, de hecho, aún vivía con La Vaca. Todavía recuerdo que hasta hace dos años, esporádicamente le mandaba algún correo para pedirle información, y veía con descrédito su mensaje en el MSN “live fast, die young”. El año pasado le quedé muy mal cuando me invitaba a jugar squash, y aún así me siguió hablando. Estuve a punto de cancelarle a principios de este año cuando me invitó una miche, pero mi borracho interior me dijo que debía ir. Ahora ya no lo veo con descrédito, ahora suspiro y me revolotean las polillas en la panza cuando pienso en su nombre y me acuerdo de su mirada de ojitos de regalo.

No quiero pensar en el futuro, solo quiero disfrutar mi vida fluyendo.

Hace muchos años soñaba con un matrimonio, un marido guapo, casa en los suburbios y dos hijos hermosos que al crecer se convertirían en doctores exitosos (Christian Axel y Christopher Kurt, pobres niños, con esos nombres, que bueno que no nacieron)… ahora mis sueños se concretaron en una casa hermosa, una hija más que hermosa, un viaje a las europas y mi postgrado que estoy cerca de terminar. Pero mis sueños siguen, hay muchos lugares que quiero conocer y muchas cosas que deseo hacer.  El matrimonio no aparece en mis planes, cuando pienso en eso toco madera, si acaso menciono la palabra “marido” corro a lavarme la boca con jabón y otro embarazo sería para mí como una pesadilla hecha realidad.

Ya no estoy a la expectativa, mi nueva motivación es “construír para disfrutar”. Más que el final “feliz” prefiero gozar el trayecto. Me he percatado de que lo más maravilloso es el camino que se recorre, tal vez al final haya un gran premio, pero si no lo hay, me quedaré con la felicidad que me brindó recorrer el camino con gusto.

La rola de hoy… el video de hoy, no lo escuches si no quieres, pero no dejes de verlo.


7 comentarios:

  1. Jaja y yo soy la curis jaaja esto explica muchas cosas




    ameyalli

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  2. Jajajaja... Bueni, Bueni! Como cada jueves. Lo de la vaca en lugar de sapo para morir de risa!

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  3. Hasta hoy pude leerte Emy,eres genial,tienes esa magia de transportarme cada jueves, incluso a lugares que ni conozco, y te juro que hasta suspiré en el (suspiro) jajaja.

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  4. P.D.Cada que comento,olvido escribir quien soy.
    aqui sta: Lucy Luna.

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  5. Hey! me preguntaba cuando hablarias de ese chico tan guapo.
    Que ha sido de el?

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  6. Emmy eres genial!!! definitivamente buscare el depto. de quejas y si doy inmediatemente te aviso, TQ. Pao

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  7. Jajajajaja no maaaaanches..! tu amor-chico-circuito-exterior-prepo-musico-talentoso-y-guapo es quien estoy pensando..? Jamás me lo hubiera imaginado..!

    Y bueeeeeno lo del clon región 4 ni pa que dudarlo..! Ay Emmy..! como siempre muy buen post..!

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