jueves, 1 de diciembre de 2011

El domingo me la pasé clavando

El Domingo estuve clavando, pero no todo el día, no tengo tanto aguante, solo lo hice de 2 a 2:45 aproximadamente, hasta eso no me tardé mucho, y eso es porque en algunas partes la madera tenía nudos, tu sabes, no es lo mismo clavar en madera de primera, que en madera de cuarta, de esa que tiene de soporte interior la base de cama que me traje de la casa de mis papás.

Esa base de cama tiene historia… como de dos años, jajaja.  Primero fue de mis papás, o sea que la base de cama no es virgen, luego pasó a ser parte de la decoración del cuarto de mi hermana, y lo digo porque su filosofía es: “mi cuarto no está tirado, así es la decoración”,  por eso le arrimaron la base cuando a mi hermano que parece niño chiquito se le ocurrió aventarse como se avienta el místico de la tercera cuerda y le quebró un travesaño, desde entonces la base comenzó a rechinar y como que a mis papás no les gustó. Es por ese motivo que decidieron deshacerse de ella y cambiarla por un box, para evitar eso del cuiqui cuiqui cuiqui cuiqui en la madrugada… es realmente molesto, sobre todo si uno duerme solo: da envidia.

Cuando llegué a vivir a la casa de mis papás a principios de este año la base estaba en el cuarto de mi hermana: como parte de la decoración no desentonaba en su cuarto lleno de tiliches, libros y otras cosas inútiles. Ella ya tiene una cama, así que la base la usaba de guardarropa, bajaba la ropa del techo y la aventaba ahí. Le acomodé la ropa en el closet y le compré un colchón para que mi hija y yo pudiéramos usar la cama, y así fue durante los meses que estuve viviendo con ellos.

Cuando me la llevé a mi casa, la base no cupo por las escaleras de mi casa, ni por el balcón de mi cuarto, no porque esté muy grande la base, lo que pasa es que mi casa es chica, así que tuve que desarmarla para poder subirla. Y estuvo como mes y medio perdiendo la gracia en medio del espacio que yo llamo sala-comedor. Que de sala comedor solo tiene el nombre porque no hay muebles.

Total que este fin de semana me armé de valor. Bueno, a decir verdad me armé de herramientas, compré una cuña, un martillo, unas pinzas planas, un juego de desarmadores, medio kilo de clavos de 2 pulgadas para madera y un mazo de goma.

Así que puse manos a la obra: primero echarle coco, para analizar la manera más lógica de desarmarla sin madrearla tanto. Luego comenzar a mentar madres porque los clavos no salen. En ese proceso de mentar madres, me volví toda una experta… que terapias ni que ocho cuartos, basta con dedicarse un rato a hacer reparaciones para desestresarse. Bueno, siempre y cuando se cuente con la herramienta adecuada: es mas estresante tratar de zafar un clavo sin una cuña, meter un tornillo de cruz con un desamador plano, poner una repisa sin un nivel de burbuja, taladrar una pared de concreto con una broca para madera o apretar la manguera del gas sin una perica o una stilson. Así es, lo sé por experiencia porque cuando sin herramientas intenté todo lo anterior al reparar las casas donde he vivido, también me volví experta en mentar madres.

Desarmé la base, la pinté, la armé otra vez, y todo eso mientras silbaba “amorcito corazón, yo tengo tentación diun  beeeeso”.  Solo me faltó ponerme una playera a rayas.

La rola del domingo fue esa precisamente, y eso me inspiró para comenzar a escuchar rolas mas folclóricas que me llevaron a programar en mi lista de reproducción al Buena Vista Social Club, a quienes estuve escuchando hasta el martes, y hoy ya cambió mi estado de ánimo, la rola de hoy: la ciudad de la furia.

Pero bueno, para no perderme, el Domingo, ya por la tarde, entrada en calor, me lancé al Home Depot otra vez, para comprar unos pequeños libreros que mientras me sirvan de burós. Y esos los armé de volada… que chiste, compré de los de “do it yourself”, esos que traen las instrucciones y en las imágenes cada parte del mueble tiene el nombre de una letra: junte la A con la B y luego métala en la C y la E métala en A, después martille D en E y finalmente inserte D en la ranura de A… suena como a una orgía. También compré una vela, estaba en un estante de impulso, y se distinguía entre todas las velas, porque las demás tenían etiquetas de aroma: manzanas, vainilla, canela… y la vela que compré tenía una etiqueta de waffles, siiii, de hot cakes o waffles con maple, cuando la olí me di cuenta que realmente huele a waffles, asi que la compré, aunque sea para hacerme la ilusión, porque para comprar la cocina, estufa y todo el desmadre ese, no me alcanza el presupuesto.

Me pareció bastante grato armar mi cama, ponerle un colchón nuevo y reforzarla para que no rechine, bueno, solo falta probar si realmente no rechina… le diré a mi hija que brinque en ella, (no se emocionen).
  

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